Encontrados 20 resultados para: Romanos

  • La fama de los romanos llegó a oídos de Judas. Decían que eran poderosos, se mostraban benévolos con todos los que se les unían, establecían amistad con cuantos acudían a ellos (I Macabeos 8, 1)

  • y en sabiéndolo los romanos, enviaron contra ellos a un solo general, les hicieron la guerra, mataron a muchos de ellos, llevaron cautivos a sus mujeres y niños, saquearon sus bienes, subyugaron el país, arrasaron sus fortalezas y les sometieron a servidumbre hasta el día de hoy; (I Macabeos 8, 10)

  • «Felicidad a los romanos y a la nación de los judíos por mar y tierra para siempre. Lejos de ellos la espada y el enemigo. (I Macabeos 8, 23)

  • De la misma manera, si sobreviene una guerra primero a la nación de los judíos, los romanos lucharán a su lado, según las circunstancías se lo dicten, con toda el alma. (I Macabeos 8, 27)

  • En estos términos se han concertado los romanos con el pueblo de los judíos. (I Macabeos 8, 29)

  • Les dieron los romanos cartas para la gente de cada lugar recomendando que se les condujera en paz hasta el país de Judá. (I Macabeos 12, 4)

  • Hemos, pues, elegido a Numenio, hijo de Antíoco, y a Antípatro, hijo de Jasón, y les hemos enviado a los romanos para renovar la amistad y la alianza que antes teníamos, (I Macabeos 12, 16)

  • pues había sabido que los romanos llamaban a los judíos amigos, aliados y hermanos, que habían recibido con honor a los embajadores de Simón (I Macabeos 14, 40)

  • «Lucio, cónsul de los romanos, saluda al rey Tolomeo. (I Macabeos 15, 16)

  • Suprimiendo los privilegios que los reyes habían concedido a los judíos por medio de Juan, padre de Eupólemo, el que fue enviado en embajada a los romanos para un tratado de amistad y alianza, y abrogando las instituciones legales, introdujo costumbres nuevas, contrarias a la Ley. (II Macabeos 4, 11)

  • Nicanor intentaba, por su parte, saldar con la venta de prisioneros judíos, el tributo de 2.000 talentos que el rey debía a los romanos. (II Macabeos 8, 10)

  • El que había pretendido saldar el tributo debido a los romanos con la venta de los prisioneros de Jerusalén, proclamaba que los judíos tenían a Alguien que les defendía, y que los judíos eran invulnerables por el hecho de que seguían las leyes prescritas por Aquél. (II Macabeos 8, 36)


“Deus não opera prodígios onde não há fé.” São Padre Pio de Pietrelcina