Encontrados 83 resultados para: caer

  • les ha hecho caer por causa de su lengua, menean la cabeza todos los que los ven. (Salmos 64, 9)

  • las dejó caer en medio de su campo, en torno a sus moradas. (Salmos 78, 28)

  • Y él, mano en alto, les juró hacerles caer en el desierto, (Salmos 106, 26)

  • Jamás ha de caer el cetro de impiedad sobre la suerte de los justos, para que los justos no alarguen a la maldad su mano. (Salmos 125, 3)

  • para caer sobre el campamento de los judíos y vencerles por sopresa. La gente de la Ciudadela los guiaba. (I Macabeos 4, 2)

  • Envió exploradores al campamento enemigo y supo por ellos, a su vuelta, que los enemigos estaban dispuestos para caer sobre ellos a la noche. (I Macabeos 12, 26)

  • De las casas salía en tropel la gente a una rogativa pública porque el lugar estaba a punto de caer en oprobio. (II Macabeos 3, 18)

  • Al caer de pronto a tierra, rodeado de densa oscuridad, lo recogieron y lo pusieron en una litera; (II Macabeos 3, 27)

  • Jasón hacía cruel matanza de sus propios ciudadanos sin caer en cuenta que un éxito sobre sus compatriotas era el peor de los desastres; se imaginaba ganar trofeos de enemigos y no de sus compatriotas. (II Macabeos 5, 6)

  • y a todos los que salían a ver aquel espectáculo, los hizo matar e, invadiendo la ciudad con los soldados armados, hizo caer una considerable multitud. (II Macabeos 5, 26)

  • Pronto envió a las ciudades marítimas una invitación para que vinieran a comprar esclavos judíos, prometiendo entregar noventa esclavos por un talento sin esperarse el castigo del Todopoderoso que estaba a punto de caer sobre él. (II Macabeos 8, 11)

  • Pero él de ningún modo cesaba en su arrogancia; estaba lleno todavía de orgullo, respiraba el fuego de su furor contra los judíos y mandaba acelerar la marcha. Pero sucedió que vino a caer de su carro que corría velozmente y, con la violenta caída, todos los miembros de su cuerpo se le descoyuntaron. (II Macabeos 9, 7)


“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina