Encontrados 123 resultados para: esperanza

  • Pero la que de verdad es viuda y ha quedado enteramente sola, tiene puesta su esperanza en el Señor y perservera en sus plegarias y oraciones noche y día. (I Timoteo 5, 5)

  • A los ricos de este munco recomiéndales que no sean altaneros ni pongan su esperanza en lo inseguro de las riquezas sino en Dios, que nos provee espléndidamente de todo para que lo disfrutemos; (I Timoteo 6, 17)

  • con la esperanza de vida eterna, prometida desde toda la eternidad por Dios que no miente, (Tito 1, 2)

  • aguardando la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo; (Tito 2, 13)

  • para que, justificados por su gracia, fuésemos constituidos herederos, en esperanza, de vida eterna. (Tito 3, 7)

  • pero Cristo lo fue como hijo, al frente de su propia casa, que somos nosotros, si es que mantenemos la entereza y la gozosa satisfacción de la esperanza. (Hebreos 3, 6)

  • Deseamos, no obstante, que cada uno de vosotros manifieste hasta el fin la misma diligencia para la plena realización de la esperanza, (Hebreos 6, 11)

  • para que, mediante dos cosas inmutables por las cuales es imposible que Dios mienta, nos veamos más poderosamente animados los que buscamos un refugio asiéndonos a la esperanza propuesta, (Hebreos 6, 18)

  • ya que la Ley no llevó nada a la perfección, pues no era más que introducción a una esperanza mejor, por la cual nos acercamos a Dios. (Hebreos 7, 19)

  • Mantengamos firme la confesión de la esperanza, pues fiel es el autor de la Promesa. (Hebreos 10, 23)

  • Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo quien, por su gran misericordia, mediante la Resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha reengendrado a una esperanza viva, (I Pedro 1, 3)

  • Por lo tanto, ceñíos los lomos de vuestro espíritu, sed sobrios, poned toda vuestra esperanza en la gracia que se os procurará mediante la Revelación de Jesucristo. (I Pedro 1, 13)


“A caridade é o metro com o qual o Senhor nos julgará.” São Padre Pio de Pietrelcina