Encontrados 1479 resultados para: hombre

  • Había salido con los israelitas el hijo de una mujer israelita y de padre egipcio. Cuando el hijo de la israelita y un hombre de Israel riñeron en el campo, (Levítico 24, 10)

  • Y hablarás así a los israelitas: Cualquier hombre que maldiga a su Dios, cargará con su pecado. (Levítico 24, 15)

  • El que hiera mortalmente a cualquier otro hombre, morirá. (Levítico 24, 17)

  • El que mate un animal, indemnizará por él; mas el que mate a un hombre, morirá. (Levítico 24, 21)

  • Nada de lo que a uno pertenece - hombre, animal o campo de su propiedad - que haya sido consagrado a Yahveh con anatema podrá venderse ni rescatarse. Todo anatema es cosa sacratísima para Yahveh. (Levítico 27, 28)

  • Os ayudará un hombre por cada tribu, que sea jefe de su familia. (Números 1, 4)

  • Porque todo primogénito me pertenece. El día en que herí a todos los primogénitos de Egipto, consagré para mí a todos los primogénitos de Israel, tanto de hombre como de ganado. Son para mí. Yo, Yahveh.» (Números 3, 13)

  • Los has de echar, sean hombre o mujer; fuera del campamento los echarás, para que no contaminen sus campamentos, donde yo habito en medio de ellos.» (Números 5, 3)

  • «Habla a los israelitas: Si un hombre o una mujer comete cualquier pecado en perjuicio de otro, ofendiendo a Yahveh, el tal será reo de delito. (Números 5, 6)

  • Y si el hombre no tiene pariente a quien se pueda restituir, la suma que en tal caso se ha de restituir a Yahveh, será para el sacerdote; aparte del carnero expiatorio con que el sacerdote expiará por él. (Números 5, 8)

  • «Habla a los israelitas. Diles: Cualquier hombre cuya mujer se haya desviado y le haya engañado: (Números 5, 12)

  • ha dormido un hombre con ella con relación carnal a ocultas del marido; ella se ha manchado en secreto, no hay ningún testigo, no ha sido sorprendida; (Números 5, 13)


“Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina