Encontrados 84 resultados para: lecho

  • quedaron en la tienda tan sólo Judit y Holofernes, desplomado sobre su lecho y rezumando vino. (Judit 13, 2)

  • Todos se habían retirado; nadie, ni grande ni pequeño, quedó en el dormitorio. Judit, puesta de pie junto al lecho, dijo en su corazón: «¡Oh Señor, Dios de toda fuerza! Pon los ojos, en esta hora, a la empresa de mis manos para exaltación de Jerusalén. (Judit 13, 4)

  • Avanzó, después, hasta la columna del lecho que estaba junto a la cabeza de Holofernes, tomó de allí su cimitarra, (Judit 13, 6)

  • y acercándose al lecho, agarró la cabeza de Holofernes por los cabellos y dijo: «¡Dame fortaleza, Dios de Israel, en este momento!» (Judit 13, 7)

  • Después hizo rodar el tronco fuera del lecho, arrancó las colgaduras de las columnas y saliendo entregó la cabeza de Holofernes a su sierva, (Judit 13, 9)

  • En todas las provincias, dondequiera que se publicaban la palabra y el edicto real, había entre los judíos gran duelo, ayunos y lágrimas y lamentos, y a muchos el sayal y la ceniza les sirvió de lecho. (Ester 4, 3)

  • Cuando el rey volvió del jardín de palacio a la sala del banquete, Amán se había dejado caer sobre el lecho de Ester. El rey exclamó: «¿Es que incluso en mi propio palacio quiere hacer violencia a la reina?» Dio el rey una orden y cubrieron el rostro de Amán. (Ester 7, 8)

  • Tú que conoces todas las cosas, sabes que odio la gloria de los malos, que aborrezco el lecho incircunciso y el de todo extranjero. (Ester 14, 15)

  • Me han defraudado mis hermanos lo mismo que un torrente, igual que el lecho de torrentes que pasan: (Job 6, 15)

  • pero en tiempo de estiaje se evaporan, en cuanto hace calor se extinguen en su lecho. (Job 6, 17)

  • Si digo: «Mi cama me consolará, compartirá mi lecho mis lamentos», (Job 7, 13)

  • Mas ¿qué espero? Mi casa es el seol, en las tinieblas extendí mi lecho. (Job 17, 13)


“Os talentos de que fala o Evangelho são os cinco sentidos, a inteligência e a vontade. Quem tem mais talentos, tem maior dever de usá-los para o bem dos outros.” São Padre Pio de Pietrelcina