Encontrados 249 resultados para: mandó

  • Mandó David para informarse sobre la mujer y le dijeron: «Es Betsabé, hija de Eliam, mujer de Urías el hitita.» (II Samuel 11, 3)

  • David mandó decir a Joab: «Envíame a Urías el hitita.» Joab envió a Urías adonde David. (II Samuel 11, 6)

  • Pero Absalón le insistió y dejó que fueran con él Amnón y todos los hijos del rey. Absalón mandó preparar un convite regio. (II Samuel 13, 27)

  • Y ordenó a sus criados: «Estad atentos: cuando el corazón de Amnón esté alegre por el vino y yo os diga: "Herid a Amnón", le mataréis. No tengáis temor, porque os lo mando yo. Cobrad ánimo y sed valerosos.» (II Samuel 13, 28)

  • Absalón mandó a buscar a su ciudad de Guiló a Ajitófel el guilonita, consejero de David, y lo tuvo consigo cuando ofrecía los sacrificios. Así la conjuración se fortalecía y los partidarios de Absalón iban aumentando. (II Samuel 15, 12)

  • Joab mandó tocar el cuerno y el ejército dejó de perseguir a Israel, porque Joab retuvo al ejército. (II Samuel 18, 16)

  • Llegaron hasta el rey estas palabras de todo Israel; y el rey David mandó a decir a los sacerdotes Sadoq y Abiatar: «Decid a los ancianos de Judá: "¿Por qué vais a ser los últimos en traer al rey a su casa? (II Samuel 19, 12)

  • El rey Salomón mandó que lo bajaran de junto al altar; entró y se postró ante el rey Salomón, y Salomón le dijo: Vete a tu casa.» (I Reyes 1, 53)

  • Mandó el rey llamar a Semeí y le dijo: «¿Acaso no te hice jurar por Yahveh y te advertí: El día que salgas para ir acá o allá ten por sabido que sin remedio morirás y tú me has dicho: Buena es la palabra que he oído? (I Reyes 2, 42)

  • El rey mandó arrancar grandes piedras, piedras selectas, para fundamentar la Casa con piedras de sillería. (I Reyes 5, 31)

  • Y mandó allí caballos, carros y un fuerte destacamento, que llegaron por la noche y cercaron la ciudad. (II Reyes 6, 14)

  • Los jefes de cien hicieron cuanto les mandó el sacerdote Yehoyadá. Cada uno tomó sus hombres, los que entraban el sábado y los que salían el sábado, y vinieron junto al sacerdote Yehoyadá. (II Reyes 11, 9)


“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina