Encontrados 28 resultados para: Últimos

  • El total del campamento de Dan es de 157.600 hombres. Se pondrán en marcha los últimos tras sus banderas. (Números 2, 31)

  • Cuando te hayan sobrevenido estas cosas en los últimos días, te convertirás al Señor en tu angustia y escucharás su voz, (Deuteronomio 4, 30)

  • Primogénito del toro, a él la gloria; sus cuernos son cuernos de búfalo, con los que hiere a los pueblos hasta los últimos confines de la tierra. Tales son las miríadas de Efraín, las miríadas de Manasés. (Deuteronomio 33, 17)

  • escucha lo que ellos dicen; después de esto cobrarás más ánimo y caerás sobre el campamento". Bajó él con su siervo Furá hasta los últimos puestos de los hombres armados del campamento. (Jueces 7, 11)

  • Esto que se decía en todo Israel llegó a oídos del rey. Entonces David mandó decir a los sacerdotes Sadoc y Abiatar: "Decid a los ancianos de Judá: ¿Por qué sois vosotros los últimos en hacer que el rey vuelva a su palacio? (II Samuel 19, 12)

  • Vosotros sois mis hermanos, hueso mío y carne mía. ¿Por qué sois los últimos en hacer que vuelva el rey? (II Samuel 19, 13)

  • Vivían en Galaad, en Basán y regiones adyacentes y en los pastizales del Sarón hasta sus últimos confines. (I Crónicas 5, 16)

  • De los de Adonicán, los últimos, cuyos nombres son éstos: Elifélet, Yeiel y Semayas, y con ellos sesenta varones. (Esdras 8, 13)

  • los últimos murieron a espada. Los persiguieron hasta Gázara, los llanos de Idumea, de Asdod y de Yamnia. Cayeron cerca de tres mil enemigos. (I Macabeos 4, 15)

  • Pégate a él y no te alejes, para que tengas buen éxito en tus últimos días. (Eclesiástico 2, 3)

  • Acuérdate de la cólera de los últimos días, del día de la venganza cuando Dios vuelva su rostro. (Eclesiástico 18, 24)

  • Por medio de tus esbirros has insultado al Señor, has dicho: Con mis innumerables carros he subido a la cima de los montes, hasta las cumbres últimas del Líbano; he talado sus altísimos cedros y sus más imponentes cipreses; he llegado hasta sus últimos rincones, hasta la espesura de su bosque. (Isaías 37, 24)


“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina