Encontrados 114 resultados para: Anda

  • El Señor me ha dicho: "Anda y ponte a la puerta de los hijos del pueblo, por donde entran y salen los reyes de Judá, y luego a todas las puertas de Jerusalén. (Jeremías 17, 19)

  • Después me dijo: "Hijo de hombre, anda, dirígete a la casa de Israel y comunícales mis palabras. (Ezequiel 3, 4)

  • y anda, llégate a los deportados, a los hijos de tu pueblo, y diles: Así habla el Señor Dios, escuchen o no escuchen". (Ezequiel 3, 11)

  • En seguida entró en mí el espíritu y me hizo tenerme en pie, me habló y me dijo: "Anda, enciérrate en tu casa. (Ezequiel 3, 24)

  • Mas la casa de Israel anda diciendo: Los caminos del Señor no son justos. ¿Que no son justos mis caminos, casa de Israel? ¿No son más bien los vuestros los que no son justos? (Ezequiel 18, 29)

  • Me respondió: "Anda, Daniel, que estas palabras han de quedar cerradas y selladas hasta el momento final. (Daniel 12, 9)

  • Así comienzan las palabras que el Señor dijo a Oseas: "Anda, toma por mujer una prostituta y engendra hijos de prostitución, porque el país no hace más que prostituirse, alejándose del Señor". (Oseas 1, 2)

  • Efraín se apacienta de viento y anda sin cesar tras el viento del este; multiplica mentiras y violencias, hace un pacto con Asiria y lleva aceite a Egipto. (Oseas 12, 2)

  • Apacienta a tu pueblo con tu cayado, el rebaño de tu herencia, que anda solitario en el bosque en medio de un campo feraz. Que pasten como antaño en Basán y en Galaad. (Miqueas 7, 14)

  • Pues los ídolos dan respuestas vanas, los adivinos anuncian mentiras, cuentan sueños fantásticos y dan consolaciones ilusorias. Por eso el pueblo anda errante y perdido como un rebaño sin pastor. (Zacarías 10, 2)

  • Porque voy a poner en este país a un pastor insensato, que no se preocupará de la oveja perdida, ni buscará la que anda descarriada, ni curará a la herida, ni alimentará a las sanas; sino que comerá la carne de las más gordas y no dejará ni las pezuñas. (Zacarías 11, 16)

  • Jesús le dijo: "Mira, no se lo digas a nadie; pero anda, muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para que les conste tu curación". (Mateo 8, 4)


“De que vale perder-se em vãos temores?” São Padre Pio de Pietrelcina