Encontrados 27 resultados para: Booz

  • Noemí tenía, por parte de su marido, un pariente muy rico llamado Booz, de la familia de Elimélec. (Rut 2, 1)

  • Rut salió para espigar en un campo detrás de los segadores, y quiso la providencia que fuese a dar a una parcela de Booz, de la familia de Elimélec. (Rut 2, 3)

  • Booz de Belén llegó y saludó a los segadores: "El Señor esté con vosotros". Ellos le respondieron: "El Señor te bendiga". (Rut 2, 4)

  • Booz preguntó luego al capataz: "¿De quién es esa joven?". (Rut 2, 5)

  • Booz dijo a Rut: "Escucha, hija mía; no vayas a espigar a otro campo y no te alejes de aquí. Sigue los pasos de mis criados. (Rut 2, 8)

  • Booz le respondió: "Me han contado lo que has hecho por tu suegra después de la muerte de tu marido: que has dejado a tu padre, a tu madre, a tu patria, para venir a un pueblo desconocido para ti. (Rut 2, 11)

  • A la hora de comer, Booz le dijo: "Ven aquí, come de nuestra comida y moja tu pan en la vinagreta". Ella se sentó junto a los segadores, y Booz le ofreció trigo tostado. Después de comer y quedar satisfecha, recogió lo sobrante y lo guardó, (Rut 2, 14)

  • y de nuevo se puso a espigar. Booz ordenó a sus criados: "Dejadla que espigue también entre las gavillas, y no la molestéis. (Rut 2, 15)

  • Noemí dijo: "¿Dónde has estado espigando? ¡Bendito el que te ha favorecido tanto!". Rut le dijo: "He estado trabajando en el campo de un hombre que se llama Booz". (Rut 2, 19)

  • Y Rut siguió a los segadores de Booz, espigando hasta la terminación de la siega de la cebada y del trigo y viviendo con su suegra. (Rut 2, 23)

  • Booz, con cuyos segadores has estado, es nuestro pariente. Mira, esta tarde él limpiará en su era. (Rut 3, 2)

  • Booz comió, bebió y se acostó muy feliz al lado del muelo de la cebada. Llegó entonces ella muy despacio, destapó sus pies y se acostó. (Rut 3, 7)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina