Encontrados 22 resultados para: Calle

  • El cuarto día se reunieron en el valle de las Bendiciones para alabar al Señor. De ahí el nombre de "calle de las Bendiciones", que lleva hasta hoy. (II Crónicas 20, 26)

  • Amasías cobró ánimo, partió a la cabeza de sus tropas y llegó al calle de la Sal, donde derrotó a diez mil hombres de Seír. (II Crónicas 25, 11)

  • Soy la irrisión de todos mis opresores, asco de los vecinos y espanto de los que me conocen; los que me ven en la calle huyen de mí. (Salmos 31, 12)

  • Enmudecí, guardé silencio; callé, pero fue en vano, pues mi dolor se hizo insoportable, mi corazón ardía dentro de mí; (Salmos 39, 3)

  • Pasaba por la calle junto a la esquina de la extraña e iba camino de su casa. (Proverbios 7, 8)

  • ya en la calle, ya en las plazas, en todas las esquinas está acechando. (Proverbios 7, 12)

  • El perezoso dice: "¡Hay un león fuera, yo podría ser devorado en medio de la calle!". (Proverbios 22, 13)

  • y se cierren las puertas de la calle, y se debilite el rumor del molino, y se apague la voz del ave, y desaparezcan las canciones; (Eclesiastés 12, 4)

  • cuando en las alturas haya temores y en los caminos angustias; y florezca el almendro, y se haga pesada la langosta y no sirva para nada la alcaparra, porque el hombre se va a su morada eterna, y las plañideras recorren la calle; (Eclesiastés 12, 5)

  • ¡Ah, si tú fueras hermano mío, amamantado a los pechos de mi madre! Al encontrarte en la calle te besaría y ninguno me podría despreciar. (Cantar 8, 1)

  • Los muertos son tirados a la calle, el hedor de sus cadáveres se expande, la sangre cunde de los montes. (Isaías 34, 3)

  • Estoy lleno de furor del Señor, cansado estoy de contenerlo. Derrámalo sobre el niño de la calle, sobre las cuadrillas de jóvenes también. Todos serán presas: marido y mujer, el adulto y el hombre lleno de años. (Jeremías 6, 11)


“Resigna-te a ser neste momento uma pequena abelha. E enquanto esperas ser uma grande abelha, ágil, hábil, capaz de fabricar bom mel, humilha-te com muito amor perante Deus e os homens, pois Deus fala aos que se mantêm diante dele humildemente”. São Padre Pio de Pietrelcina