Encontrados 90 resultados para: Canaán

  • Somos doce hermanos hijos de un mismo padre; uno ya no vive y el menor se ha quedado con nuestro padre en la tierra de Canaán. (Génesis 42, 32)

  • Ya ves que el dinero que encontramos en la boca de los sacos te lo hemos traído desde la tierra de Canaán; ¿cómo podríamos haber robado plata u oro de la casa de tu señor? (Génesis 44, 8)

  • El Faraón dijo a José: "Di a tus hermanos: Haced lo siguiente: cargad vuestros asnos y volved a la tierra de Canaán. (Génesis 45, 17)

  • Ellos subieron de Egipto y llegaron a Canaán, donde su padre, Jacob, (Génesis 45, 25)

  • Llevaron también consigo sus ganados y cuanto habían adquirido en la tierra de Canaán. Jacob emigró a Egipto con todos sus descendientes, (Génesis 46, 6)

  • Hijos de Judá: Er, Onán, Selá, Fares y Zéraj; pero Er y Onán habían muerto en la tierra de Canaán. (Génesis 46, 12)

  • José dijo a sus hermanos: "Voy a comunicárselo al Faraón y a decirle: Mis hermanos y la familia de mi padre, que estaban en Canaán, han venido aquí. (Génesis 46, 31)

  • José fue a comunicárselo al Faraón: "Mi padre y mis hermanos han venido de Canaán con sus rebaños y ganados y con todo cuanto tienen y están ya en la región de Gosen". (Génesis 47, 1)

  • Y añadieron: "Hemos venido a habitar en este país porque en Canaán no hay pastos para los ganados de tus siervos y el hambre se ha agravado; permite que tus siervos habiten en la región de Gosen". (Génesis 47, 4)

  • Por entonces no había pan en el país, pues el hambre se había agravado en extremo. Egipto y Canaán desfallecían de hambre. (Génesis 47, 13)

  • José iba reuniendo todo el dinero que había en Egipto y Canaán a cambio del grano que le compraban, y lo iba depositando en la casa del Faraón. (Génesis 47, 14)

  • En Egipto y Canaán se acabó el dinero. Todos los egipcios se llegaron a José diciéndole: "Danos pan; ¿es que vamos a morir ante tus ojos porque no tenemos ya dinero?". (Génesis 47, 15)


“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina