Encontrados 18 resultados para: Centinelas

  • Le llevó al campo de los Centinelas, hacia la cima del Pisga. Levantó siete altares e inmoló en cada uno un novillo y un carnero. (Números 23, 14)

  • Gedeón y los que estaban con él llegaron a los límites del campamento a medianoche cuando acababan de relevarse los centinelas, tocaron las trompetas y rompieron los cántaros que llevaban en la mano. (Jueces 7, 19)

  • Los centinelas de Saúl que estaban en Guibeá de Benjamín vieron que el campamento se dispersaba en todas las direcciones. (I Samuel 14, 16)

  • Fueron y gritaron a los centinelas de la puerta de la ciudad y les comunicaron la noticia de esta manera: "Hemos entrado en el campamento de los sirios y allí no hay nadie, ni se oye nada. No se ven más que caballos atados, asnos atados y tiendas intactas". (II Reyes 7, 10)

  • Los centinelas transmitieron a gritos la noticia al interior del palacio real. (II Reyes 7, 11)

  • Ambas caminaban aprisa a través del valle, cuando les salieron al paso centinelas asirios, (Judit 10, 11)

  • Judit desde lejos gritó a los centinelas: "¡Abrid, abrid la puerta! Dios, nuestro Dios, está con nosotros, demostrando su poder a Israel y su fuerza contra los enemigos, como lo ha hecho hoy". (Judit 13, 11)

  • estoy pendiente del Señor más que los centinelas de la aurora. (Salmos 130, 6)

  • Israel está pendiente del Señor más que los centinelas de la aurora; porque en el Señor está el amor y la liberación total: (Salmos 130, 7)

  • A la caída del sol, Jonatán ordenó a los suyos que durante toda la noche velaran con las armas en la mano, dispuestos a luchar, y apostó centinelas alrededor del campamento. (I Macabeos 12, 27)

  • Me encontraron los centinelas, los que hacen la ronda por la ciudad: "¿Habéis visto al amor de mi vida?". (Cantar 3, 3)

  • Los centinelas me encontraron, los que hacen la ronda en la ciudad; me golpearon, me hirieron, me arrancaron el velo los guardias de los muros. (Cantar 5, 7)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina