Encontrados 39 resultados para: Conozco

  • El Señor continuó: "He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído el clamor que le arranca su opresión y conozco sus angustias. (Exodo 3, 7)

  • El Faraón dijo: "¿Quién es el Señor para que yo obedezca su voz y deje ir a Israel? No conozco al Señor y no dejaré ir a Israel". (Exodo 5, 2)

  • Moisés dijo al Señor: "Bien, tú me dices: Conduce a este pueblo, pero no me has dado a conocer a quién mandarás conmigo. Y, no obstante, me has dicho: Yo te conozco por tu nombre, tú has hallado gracia a mis ojos. (Exodo 33, 12)

  • El Señor dijo a Moisés: "También haré eso que acabas de decir, porque has hallado gracia a mis ojos y porque te conozco por tu nombre". (Exodo 33, 17)

  • Pero cuando caigan sobre ellos innumerables sufrimientos y desgracias, este cántico servirá de testimonio contra ellos, pues sus descendientes no lo habrán olvidado. Yo conozco las malas inclinaciones que ya hoy tiene, aun antes de entrar en la tierra que les prometí con juramento". (Deuteronomio 31, 21)

  • Uno de los jóvenes le dijo: "Yo conozco a un hijo de Jesé, el de Belén, que toca muy bien la cítara; es valiente y hombre de guerra, sabio en sus palabras, de buena presencia, y el Señor está con él". (I Samuel 16, 18)

  • Eliab, su hermano mayor, oyó a David hablar con la gente, montó en cólera y le dijo: "¿Por qué has venido aquí? ¿A quién has dejado aquel pequeño rebaño en el desierto? Conozco bien tu orgullo y la malicia de tu corazón. Has venido sólo para ver la batalla". (I Samuel 17, 28)

  • Mándame también madera de cedro, ciprés y sándalo del Líbano, pues conozco bien la habilidad de tus súbditos en derribar los árboles del Líbano. Mis súbditos trabajarán con los tuyos. (II Crónicas 2, 7)

  • pero ¿cómo recuperaré la plata, si él no me conoce ni yo a él? ¿Qué señal le daré para que me conozca, me crea y me la dé? Tampoco conozco los caminos para llegar a Media". (Tobías 5, 2)

  • El ángel le dijo: "Sí, he ido allí muchas veces, y conozco bien los caminos. He estado en Media y me he albergado en casa de Gabael, uno de nuestros hermanos, que vive en Ragués de Media; se necesitan dos días de camino para ir de Ecbatana a Ragués, que se encuentra entre montañas". (Tobías 5, 6)

  • Tobías salió y le dijo: "Joven, mi padre te llama". El ángel entró, Tobit lo saludó, y él respondió: "¡Que seas siempre feliz!". Pero Tobit añadió: "¿Qué felicidad puedo yo esperar? Estoy ciego; no puedo ver la luz del cielo; vivo en tinieblas, como los muertos que no pueden ver la luz. Soy un vivo entre los muertos. Oigo la voz de los hombres, pero no los veo". El ángel le respondió: "¡Ánimo! Pronto te curará Dios. ¡Ánimo!". Tobit le dijo: "Mi hijo quiere ir a Media; ¿puedes tú acompañarle y guiarle? Te daré lo que sea, hermano". "Sí, puedo acompañarle -respondió el ángel-. Conozco todos los caminos; he ido frecuentemente a Media, he atravesado las llanuras y las montañas y conozco todos sus senderos". (Tobías 5, 10)

  • Tobit exclamó: "¡Dios te conserve sano y salvo, hermano! No te molestes si he querido conocer la verdad acerca de tu familia. Eres de nuestros hermanos, de buena y noble alcurnia. Conozco a Ananías y a Natán, los dos hijos del gran Semayas. Íbamos juntos a Jerusalén, juntos rezábamos allí, y nunca se han descarriado. Tus hermanos son buenos, tu familia es noble. ¡Bienvenido seas!". Y (Tobías 5, 14)


“Quando te encontrares diante de Deus, na oração considera-te banhado na luz da verdade, fala-lhe se puderes, deixa simplesmente que te veja e não tenhas preocupação alguma”. São Padre Pio de Pietrelcina