Encontrados 28 resultados para: Filisteo

  • Ellos preguntaron: "¿Cuál debe ser esa ofrenda de reconciliación?". Respondieron: "Cinco tumores de oro y cinco ratas de oro, una por cada jefe filisteo, porque la plaga fue la misma para vosotros y para vuestros jefes. (I Samuel 6, 4)

  • Se detuvo y gritó a las filas de Israel: "¿Por qué habéis salido para poneros en orden de batalla? ¿No soy yo filisteo y vosotros servidores de Saúl? Escoged vosotros un hombre para que venga a luchar conmigo. (I Samuel 17, 8)

  • Cuando Saúl y todo Israel oyeron estas palabras del filisteo, quedaron consternados y se llenaron de miedo. (I Samuel 17, 11)

  • El filisteo se acercaba por la mañana y por la tarde, y así durante cuarenta días. (I Samuel 17, 16)

  • David preguntó a los que estaban a su lado: "¿Qué se hará con el que mate a este filisteo y quite esta ofensa de Israel? ¿Quién es este filisteo incircunciso que desafía al ejército del Dios vivo?". (I Samuel 17, 26)

  • David dijo a Saúl: "No se desanime mi señor. Tu siervo irá a luchar contra este filisteo". (I Samuel 17, 32)

  • Saúl le respondió: "No puedes ir contra este filisteo y luchar con él, porque tú eres joven y él es hombre de guerra desde su juventud". (I Samuel 17, 33)

  • Tu siervo ha matado al león y al oso. Ese filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha desafiado a los ejércitos del Dios vivo". (I Samuel 17, 36)

  • Y añadió: "El Señor, que me ha librado de las garras del león y del oso, me librará de las manos de ese filisteo". Saúl dijo a David: "¡Vete, y que el Señor esté contigo!". (I Samuel 17, 37)

  • David tomó su cayado, escogió en el torrente cinco piedras bien lisas y las metió en su zurrón de pastor; tomó la honda y avanzó hacia el filisteo. (I Samuel 17, 40)

  • El filisteo se acercó más y más a David, precedido de su escudero. (I Samuel 17, 41)

  • Miró el filisteo, vio a David y le despreció, porque era joven, rubio y de buena presencia. (I Samuel 17, 42)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina