Encontrados 304 resultados para: Madre

  • Él fue a buscar los cabritos y se los trajo a su madre, que preparó el guiso como a su padre le gustaba. (Génesis 27, 14)

  • Que los pueblos te sirvan y las naciones se inclinen ante ti. Sé señor de tus hermanos e inclínense ante ti los hijos de tu madre. Maldito sea el que te maldiga y bendito el que te bendiga". (Génesis 27, 29)

  • Anda, vete a Padán Arán a casa de Betuel, padre de tu madre, y cásate con una de las hijas de Labán, hermano de tu madre. (Génesis 28, 2)

  • Así despidió Isaac a Jacob, y éste se fue a Padán Arán, a casa de Labán, hijo de Betuel, el arameo, y hermano de Rebeca, madre de Esaú y Jacob. (Génesis 28, 5)

  • y que Jacob, obedeciendo a su padre y a su madre, había partido para Padán Arán. (Génesis 28, 7)

  • Jacob, al ver a Raquel, hija de Labán, su tío, con las ovejas de Labán, hermano de su madre, se acercó, quitó la piedra de la boca del pozo y abrevó las ovejas de su tío Labán. (Génesis 29, 10)

  • Rubén, al tiempo de la siega de los trigos, fue por los campos y encontró mandrágoras, y se las trajo a su madre Lía. Y Raquel dijo a Lía: "Dame, por favor, las mandrágoras de tu hijo". (Génesis 30, 14)

  • Líbrame de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque yo temo que venga y mate a la madre y a los hijos juntamente. (Génesis 32, 12)

  • Se lo contó a su padre y a sus hermanos, y su padre le reprendió, diciéndole: "¿Qué sueño es ése que has tenido? ¿Es que tenemos que postrarnos ante ti, yo, tu madre y tus hermanos?". (Génesis 37, 10)

  • Cuando yo volvía de Padán Arán perdí a Raquel, tu madre, en el camino a través de Canaán, no lejos de Éfrata, y la sepulté en el camino de Éfrata, o sea Belén". (Génesis 48, 7)

  • La hija del Faraón dijo: "Anda". Y la joven fue a llamar a la madre del niño. (Exodo 2, 8)

  • Honra a tu padre y a tu madre para que tus días se alarguen sobre la tierra que el Señor, tu Dios, te da. (Exodo 20, 12)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina