Encontrados 19 resultados para: Menelao

  • Tres años después, Jasón mandó a Menelao, hermano del tal Simón, para que llevara dinero al rey y gestionara algunos asuntos urgentes y necesarios. (II Macabeos 4, 23)

  • Pero Menelao, cuando tomó posesión del cargo, no se preocupó de pagar el dinero prometido, a pesar de las intimaciones de Sóstrates, jefe de la acrópolis, (II Macabeos 4, 27)

  • Menelao dejó en su lugar en el sumo sacerdocio a su hermano Lisímaco; y, por su parte, Sóstrates fue nombrado gobernador de Chipre. (II Macabeos 4, 29)

  • Menelao, juzgando que las circunstancias eran propicias para medrar, robó algunos objetos de oro del templo y se los dio a Andrónico; otros los vendió en Tiro y en las ciudades vecinas. (II Macabeos 4, 32)

  • Onías estaba retirado en Dafne, cerca de Antioquía, lugar de asilo y, al enterarse de estas cosas, reprendió a Menelao. (II Macabeos 4, 33)

  • Menelao, irritado, pidió a Andrónico que matara a Onías. Andrónico fue a ver a Onías, le dio la mano y le juró que no le haría nada; Onías no se fiaba, pero se dejó convencer y salió del lugar de asilo; inmediatamente Andrónico lo mató sin respetar la justicia. (II Macabeos 4, 34)

  • Mientras tanto, en Jerusalén, Lisímaco cometía muchos robos con asentimiento de Menelao. Al saberlo, el pueblo se sublevó contra Lisímaco, pero ya muchos objetos habían sido exportados. (II Macabeos 4, 39)

  • De todo esto se hizo un proceso contra Menelao. (II Macabeos 4, 43)

  • Menelao, viéndose perdido, prometió mucho dinero a Tolomeo, hijo de Dorimeno, para que le ganara el favor del rey. (II Macabeos 4, 45)

  • En consecuencia, el rey absolvió a Menelao, causante de tanta crueldad, y condenó a muerte a aquellos infelices, que hubieran sido absueltos aun en el caso de que su causa se hubiera presentado ante un tribunal cruel. (II Macabeos 4, 47)

  • Menelao siguió en el poder, sostenido por la avaricia de los poderosos gobernantes, cada vez más criminal, convertido en tirano de los de su nación. (II Macabeos 4, 50)

  • Se difundió el falso rumor de la muerte de Antíoco, y Jasón, con unos mil hombres, asaltó de improviso la ciudad. Ésta se defendió guarneciendo las murallas; pero Jasón tomó la ciudad, y Menelao se refugió en la acrópolis. (II Macabeos 5, 5)


“Deve-se caminhar em nuvens cada vez que se termina uma confissão!” São Padre Pio de Pietrelcina