Encontrados 87 resultados para: Poderoso
Abimelec dijo a Isaac: "Vete de aquí, porque has llegado a ser más poderoso que nosotros". (Génesis 26, 16)
Ni él es más poderoso que yo en esta casa. Nada me ha prohibido más que a ti, puesto que tú eres su mujer. ¿Cómo podría yo cometer un mal tan grande y pecar contra Dios?". (Génesis 39, 9)
Dios favoreció a las parteras, y el pueblo siguió multiplicándose, llegando a ser muy poderoso. (Exodo 1, 20)
No haréis injusticias en los juicios; ni beneficiarás al débil ni favorecerás al poderoso: juzgarás con justicia a tu prójimo. (Levítico 19, 15)
¿Ha habido un dios que haya ido a buscar una nación en medio de otra a fuerza de tantas pruebas, milagros y prodigios, de violencia, con mano fuerte y brazo poderoso, en medio de tremendas hazañas, como las hizo el Señor, vuestro Dios, por vosotros en Egipto, como todos habéis visto? (Deuteronomio 4, 34)
Acuérdate de que tú fuiste siervo también en Egipto y de que el Señor, tu Dios, te sacó de allí con mano fuerte y brazo poderoso. Por eso el Señor, tu Dios, te manda guardar el sábado. (Deuteronomio 5, 15)
recuerda las grandes pruebas que vieron tus ojos, los milagros y prodigios, la mano fuerte y el brazo poderoso con los que el Señor, tu Dios, te sacó. Así hará también el Señor, tu Dios, con todos los pueblos que temes. (Deuteronomio 7, 19)
Pero son tu pueblo, tu heredad, que rescataste con tu mano fuerte y tu brazo poderoso. (Deuteronomio 9, 29)
Reconocedlo hoy -no se trata de vuestros hijos, que ni han conocido ni han visto-, reconoced las lecciones del Señor, vuestro Dios, la grandeza y la fuerza de su brazo poderoso, (Deuteronomio 11, 2)
Todo el pueblo, que se encontraba a la puerta con los ancianos, dijo: "Somos testigos. Que el Señor haga a la mujer que va a entrar en tu casa semejante a Raquel y a Lía, quienes edificaron la casa de Israel. Que seas poderoso en Éfrata y adquieras renombre en Belén. (Rut 4, 11)
¡Ay de nosotros! ¿Quién nos salvará de la mano de este Dios poderoso? Es él quien castigó a Egipto con toda clase de plagas. (I Samuel 4, 8)
Me libró de un adversario poderoso, de enemigos más potentes que yo. (II Samuel 22, 18)