Encontrados 21 resultados para: Precisamente
Pero precisamente por esto te he conservado la vida, para demostrarte mi poder y para que mi nombre sea publicado por toda la tierra. (Exodo 9, 16)
Fueron ellas, precisamente, las que por consejo de Balaán sedujeron a los israelitas, apartándolos del Señor en el caso de Fegor, lo cual dio ocasión al azote que pesó sobre la comunidad de Israel. (Números 31, 16)
Pues todo ello es abominable a los ojos del Señor, tu Dios; y precisamente por estas prácticas horrendas es por lo que el Señor, tu Dios, echa lejos de ti a estas naciones. (Deuteronomio 18, 12)
Es precisamente lo que tú pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb, el día de la asamblea, cuando dijiste: No queremos oír más la voz del Señor, ni ver ese gran fuego para no morir, (Deuteronomio 18, 16)
Los ancianos de Galaad le respondieron: "Precisamente por eso recurrimos ahora a ti. Ven con nosotros para luchar contra los amonitas y serás nuestro jefe, el jefe de todos los habitantes de Galaad". (Jueces 11, 8)
y le había ordenado precisamente esto: no ir tras dioses ajenos; y por no haber observado lo que el Señor le había mandado. (I Reyes 11, 10)
que se enfrentaron al rey Ozías y le dijeron: "Ozías, tú no puedes ofrecer el incienso al Señor; sólo pueden hacerlo los sacerdotes de Aarón, consagrados precisamente para eso. Sal fuera del santuario, porque has pecado y no tienes derecho a la gloria que viene del Señor Dios". (II Crónicas 26, 18)
Judit se postró con el rostro en tierra, echó ceniza sobre su cabeza y dejó al descubierto el áspero sayal que llevaba. Era precisamente la hora en que se ofrecía en Jerusalén el incienso de la tarde en el templo de Dios, cuando clamó al Señor así: (Judit 9, 1)
El pueblo comprobó la lealtad de Simón y la gloria que pretendía conseguir para su nación. Lo nombró su caudillo y sumo sacerdote precisamente por los servicios prestados, por la justicia y la lealtad demostradas a su nación, buscando por todos los medios la elevación de su pueblo. (I Macabeos 14, 35)
Precisamente por esto les sobrevino una gran calamidad, pues aquellos mismos cuyas costumbres querían imitar en todo vinieron a ser sus enemigos y tiranos. (II Macabeos 4, 16)
Así sucedió que, precisamente en el día en que los extranjeros habían profanado el templo, ese mismo día se hizo la purificación, es decir, el 25 del mes de quisleu. (II Macabeos 10, 5)
Acaso me diréis: Nosotros confiamos en el Señor, nuestro Dios; pero ¿no es ése precisamente el Dios cuyas colinas y cuyos altares suprimió Ezequías, ordenando a Judá y a Jerusalén: Sólo ante este altar os debéis prosternar? (Isaías 36, 7)