Encontrados 115 resultados para: Salvación

  • Esto dice el Señor: Guardad el derecho, practicad la justicia, porque mi salvación está para llegar y mi justicia para manifestarse. (Isaías 56, 1)

  • Se revistió de justicia como de una coraza, y puso en su cabeza el yelmo de la salvación; se vistió la venganza como una túnica y se envolvió en la indignación como en un manto. (Isaías 59, 17)

  • No se oirá hablar más de violencia en tu país, ni de opresión y ruina en tus confines; a tus muros llamarás salvación, a tus puertas alabanza. (Isaías 60, 18)

  • Yo salto de gozo con el Señor, mi alma se entusiasma con mi Dios, porque me ha puesto los vestidos de la salvación, me ha envuelto en el manto de la justicia, como un recién casado se ciñe la diadema o una novia se adorna con sus joyas. (Isaías 61, 10)

  • Por amor de Sión no me he de callar, no descansaré por Jerusalén, hasta que no despunte como la aurora su justicia y flamee su salvación como una antorcha. (Isaías 62, 1)

  • Oh, sí, las colinas no son más que mentira, así como el tumulto de los montes. Realmente sólo el Señor, nuestro Dios, es la salvación de Israel. (Jeremías 3, 23)

  • No hay ya evasión para los pastores, ni salvación para los mayorales del rebaño. (Jeremías 25, 35)

  • Sí, te salvaré. No caerás a espada, sino que la salvación de tu vida será tu botín, por haber puesto tu confianza en mí" -dice el Señor-. (Jeremías 39, 18)

  • Yo espero del eterno vuestra salvación; del santo me viene la alegría, por la misericordia que pronto llegará a vosotros de parte del eterno, vuestro salvador. (Baruc 4, 22)

  • Y como las vecinas de Sión ven ahora vuestro cautiverio, así verán pronto vuestra salvación de parte de Dios, que os llegará con gran gloria y esplendor del eterno. (Baruc 4, 24)

  • Pues el que trajo sobre vosotros estas calamidades os traerá, con vuestra salvación, la alegría perdurable. (Baruc 4, 29)

  • Pero yo, en acción de gracias, te ofreceré sacrificios y cumpliré las promesas que te hice. La salvación viene del Señor". (Jonás 2, 10)


“É preciso amar, amar e nada mais”. São Padre Pio de Pietrelcina