Encontrados 12 resultados para: carrera

  • Cuando extendió el brazo, los hombres de la emboscada salieron rápidamente de su escondite, tomaron carrera y, entrando en la ciudad, se apoderaron de ella y se dieron prisa a prenderle fuego. (Josué 8, 19)

  • y él sale como un esposo de su alcoba, como un atleta alegre que emprende una carrera. (Salmos 19, 6)

  • Sale por un lado del cielo y tras su carrera se pone por el otro, sin que haya nada que a su calor escape. (Salmos 19, 7)

  • También he visto bajo el sol que ni es de los veloces la carrera, ni de los valientes el combate, ni de los sabios el pan, ni de los inteligentes la riqueza, ni de los instruidos la estima, porque el tiempo y la mala suerte alcanzan a todos. (Eclesiastés 9, 11)

  • la carrera invisible de animales que brincan, el rugido de ferocísimas bestias, el eco repercutiendo en las concavidades de las montañas, todo los dejaba paralizados de terror. (Sabiduría 17, 19)

  • Grande es el Señor, que lo ha creado, y cuya palabra apresura su carrera. (Eclesiástico 43, 5)

  • He escuchado atentamente; no hablan como se debe; ninguno se arrepiente de su perversidad, y dicen: "¿Qué es lo que he hecho?". Todos siguen su desenfrenada carrera, como el caballo vuela donde hierve la lucha. (Jeremías 8, 6)

  • Pues el país está lleno de adúlteros; a causa de la maldición el país está de luto, resecos los oasis del desierto. El afán de su carrera es el mal; su esfuerzo, la injusticia. (Jeremías 23, 10)

  • Los de Bet Togarma cambiaban tus artículos por caballos de tiro, de carrera y mulos. (Ezequiel 27, 14)

  • Se da la llamada a sus héroes; en su carrera chocan; corren hacia la muralla donde está el parapeto. (Nahún 2, 6)

  • Pero a mí no me preocupa mi vida ni la juzgo estimable, con tal de acabar mi carrera y cumplir el ministerio que he recibido de Jesús, el Señor, de anunciar la buena nueva, la gracia de Dios. (Hechos 20, 24)

  • He combatido el buen combate, he concluido mi carrera, he conservado la fe; (II Timoteo 4, 7)


“Seja perseverante nas orações e nas santas leituras.” São Padre Pio de Pietrelcina