Encontrados 27 resultados para: celestial

  • En esta forma marchaban en orden de batalla, teniendo a la cabeza aquel auxiliar celestial, señal de que el Señor se había compadecido de ellos. (II Macabeos 11, 10)

  • Las llamas, por el contrario, no consumían las carnes de endebles animales que en ellas se movían, ni se derretía aquel alimento celestial, semejante al rocío y tan frágil como él. (Sabiduría 19, 21)

  • En la asamblea del altísimo abre su boca y se gloría en presencia de su corte celestial: (Eclesiástico 24, 2)

  • para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir el sol sobre buenos y malos y hace llover sobre justos e injustos. (Mateo 5, 45)

  • Vosotros sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto". (Mateo 5, 48)

  • "Guardaos de practicar vuestra justicia delante de los hombres para que os vean; de otro modo, no tendréis mérito delante de vuestro Padre celestial". (Mateo 6, 1)

  • "Porque si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará a vosotros vuestro Padre celestial; (Mateo 6, 14)

  • Mirad las aves del cielo; no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas? (Mateo 6, 26)

  • Por todas esas cosas se afanan los paganos. Vuestro Padre celestial ya sabe que las necesitáis. (Mateo 6, 32)

  • Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas, ¡cuánto más vuestro Padre celestial dará cosas buenas a quien se las pida!" (Mateo 7, 11)

  • "No todo el que me dice: ¡Señor! ¡Señor!, entrará en el reino de Dios, sino el que hace la voluntad de mi Padre celestial. (Mateo 7, 21)

  • Al que me confiese delante de los hombres, le confesaré también yo delante de mi Padre celestial; (Mateo 10, 32)


“Você deve ter sempre prudência e amor. A prudência tem olhos; o amor tem pernas. O amor, como tem pernas, gostaria de correr a Deus. Mas seu impulso de deslanchar na direção dEle é cego e, algumas vezes, pode tropeçar se não for guiado pela prudência, que tem olhos.” São Padre Pio de Pietrelcina