Encontrados 13 resultados para: invocan

  • el encantamiento, ni quien consulte a los adivinos y a los que invocan a los espíritus, ni quien interrogue a los muertos. (Deuteronomio 18, 11)

  • ¿No aprenderán los malvados que devoran a mi pueblo como pan y no invocan el nombre del Señor? (Salmos 14, 4)

  • ¿No aprenderán los malvados que devoran a mi pueblo como pan y no invocan el nombre del Señor? (Salmos 53, 5)

  • Derrama tu furor sobre las gentes que te ignoran, sobre los reinos que no invocan tu nombre, (Salmos 79, 6)

  • Señor, tú que eres bueno y que perdonas, lleno de piedad para los que te invocan, (Salmos 86, 5)

  • el Señor está cerca de los que lo invocan, de los que lo invocan con sinceridad. (Salmos 145, 18)

  • Lo cargan a hombros, lo llevan, lo ponen en su sitio, y allí se está quieto. No se mueve de su sitio. A gritos le invocan y no responde, a nadie salva de la angustia. (Isaías 46, 7)

  • Derrama tu furor sobre las naciones que no te conocen, sobre los pueblos que tu nombre no invocan, porque han devorado a Jacob, lo han consumido y han devastado su morada. (Jeremías 10, 25)

  • Y está aquí con plenos poderes de los sumos sacerdotes para prender a todos los que te invocan". (Hechos 9, 14)

  • Todos los que lo escuchaban se quedaban estupefactos y decían: "¿No es éste el que perseguía en Jerusalén a los que invocan ese nombre, y no ha venido aquí para llevarlos encadenados a los sumos sacerdotes?". (Hechos 9, 21)

  • No hay distinción entre el judío y el griego, porque Jesús es el mismo Señor de todos, rico para todos los que lo invocan. (Romanos 10, 12)

  • a la Iglesia de Dios que está en Corinto, a los consagrados por Cristo Jesús, llamados y consagrados, con todos los que invocan en cualquier lugar el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro; (I Corintios 1, 2)


“Resigna-te a ser neste momento uma pequena abelha. E enquanto esperas ser uma grande abelha, ágil, hábil, capaz de fabricar bom mel, humilha-te com muito amor perante Deus e os homens, pois Deus fala aos que se mantêm diante dele humildemente”. São Padre Pio de Pietrelcina