Encontrados 695 resultados para: israelitas

  • Él me dijo: "Hijo de hombre, yo te envío a los israelitas, a un pueblo de rebeldes, que se han rebelado contra mí, ellos y sus padres, hasta este mismo día. (Ezequiel 2, 3)

  • Y el Señor continuó: "Así comerán su pan inmundo los israelitas en medio de las gentes donde los lanzaré". (Ezequiel 4, 13)

  • pondré los cadáveres de los israelitas delante de sus ídolos y esparciré vuestros huesos alrededor de vuestros altares. (Ezequiel 6, 5)

  • "Hijo de hombre, habla a los israelitas y diles: En caso de que yo haga venir la espada sobre un país dado, si la gente de este país toma a un hombre de entre los suyos y lo pone como centinela, (Ezequiel 33, 2)

  • Porque has alimentado un odio secular y has entregado a la espada a los israelitas el día de su último crimen, (Ezequiel 35, 5)

  • "Hijo de hombre, los israelitas cuando habitaban en su tierra la mancharon con su proceder y sus acciones. Como la impureza de una mujer en la menstruación era su conducta ante mí. (Ezequiel 36, 17)

  • "Y tú, hijo de hombre, toma un trozo de madera y escribe en él: Judá y los israelitas asociados con ella. Toma luego otro trozo y escribe: José, leño de Efraín, y toda la casa de Israel asociada con él. (Ezequiel 37, 16)

  • y dirás: Esto dice el Señor Dios: Yo recogeré a los israelitas de entre las naciones a las que emigraron y los congregaré de todas partes para llevarlos a su tierra. (Ezequiel 37, 21)

  • La voz me decía: "Hijo de hombre, éste es el lugar de mi trono y el lugar donde se posarán mis pies, donde yo habitaré, en medio de los israelitas, para siempre. El pueblo de Israel no profanará más mi santo nombre, como tampoco sus monarcas, con sus fornicaciones, ni con los cadáveres de sus reyes difuntos. (Ezequiel 43, 7)

  • Esto dice el Señor Dios: Ningún extranjero, incircunciso de corazón e incircunciso de cuerpo, entrará en mi santuario; ninguno de los extranjeros que viven entre los israelitas. (Ezequiel 44, 9)

  • En cambio, los sacerdotes levitas, descendientes de Sadoc, que se mantuvieron fieles al servicio de mi santuario cuando los israelitas se extraviaron lejos de mí, serán quienes se acerquen a mí para servirme y quienes lleguen a mi presencia a ofrecerme la grasa y la sangre, dice el Señor Dios. (Ezequiel 44, 15)

  • Os la repartiréis como heredad entre vosotros y los extranjeros domiciliados en vuestro territorio que hayan engendrado hijos entre vosotros; consideraréis a éstos como ciudadanos israelitas, y con vosotros echarán suertes para obtener su parte en medio de las tribus de Israel. (Ezequiel 47, 22)


“O trabalho é tão sagrado como a oração”. São Padre Pio de Pietrelcina