Encontrados 391 resultados para: puso

  • Así lo hizo Aarón: puso las lámparas en la parte anterior del candelabro, como el Señor había ordenado a Moisés. (Números 8, 3)

  • Moisés salió fuera y comunicó al pueblo las palabras del Señor. Reunió a los setenta ancianos del pueblo y los puso alrededor de la tienda. (Números 11, 24)

  • Cada uno tomó su incensario, puso fuego y colocó encima el incienso, y se presentaron a la entrada de la tienda de la reunión, juntamente con Moisés y Aarón. (Números 16, 18)

  • Aarón tomó el incensario, como había dicho Moisés, y corrió hacia la asamblea. La mortandad ya había empezado a hacer estragos en el pueblo. Puso el incienso, hizo el rito de absolución sobre el pueblo, (Números 17, 12)

  • Moisés las puso delante del Señor en la tienda del testimonio. (Números 17, 22)

  • Moisés quitó los vestidos a Aarón y se los puso a su hijo Eleazar. Aarón murió allí, en la cima del monte. Moisés y Eleazar bajaron del monte. (Números 20, 28)

  • Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso sobre un asta; cuando alguno era mordido por una serpiente, miraba a la serpiente de bronce y quedaba curado. (Números 21, 9)

  • Su partida encendió la cólera del Señor; y el ángel del Señor se puso delante de él, en el camino, para cerrarle el paso. Montaba Balaán su burra, y le acompañaban dos de sus criados. (Números 22, 22)

  • La burra, al ver al ángel del Señor, pasó rozando la pared y pillando contra ella el pie de Balaán, el cual se puso a pegarle de nuevo. (Números 22, 25)

  • El ángel del Señor se adelantó y se puso otra vez en un lugar tan estrecho que no había espacio para pasar ni por un lado ni por otro. (Números 22, 26)

  • Entonces el Señor puso su palabra en boca de Balaán, y le dijo: "Vuelve donde Balac y dile esto". (Números 23, 5)

  • Dios salió al encuentro de Balaán, le puso su palabra en la boca, y le dijo: "Vuelve donde Balac y dile esto". (Números 23, 16)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina