Encontrados 26 resultados para: recibieron

  • Recibieron de manos de Moisés todas las ofrendas que los israelitas habían traído para la construcción del santuario. Los israelitas seguían llevando espontáneamente sus ofrendas todas las mañanas; (Exodo 36, 3)

  • Moisés y el sacerdote Eleazar recibieron de sus manos el oro y todas las alhajas. (Números 31, 51)

  • Moisés y el sacerdote Eleazar recibieron el oro de los jefes de millar y de centuria y lo llevaron a la tienda de la reunión para que sirviera a los israelitas de memorial ante el Señor. (Números 31, 54)

  • Las tribus de Rubén y de Gad y la otra media tribu de Manasés ya recibieron su parte, la que les dio Moisés en Transjordania, cuando se la distribuyó Moisés, el siervo del Señor: (Josué 13, 8)

  • Esto es lo que recibieron en heredad los israelitas en la tierra de Canaán, lo que les asignaron el sacerdote Eleazar, Josué, hijo de Nun, y los jefes de familia de las tribus de Israel. (Josué 14, 1)

  • pues las hijas de Manasés recibieron una parte igual que los varones. La tierra de Galaad fue para los otros hijos de Manasés. (Josué 17, 6)

  • Se celebró la boda con gran regocijo durante siete días, en los que se recibieron muchos regalos. (Tobías 11, 20)

  • Los de las ciudades y pueblos de los alrededores lo recibieron con coronas y danzando al son del tamboril. (Judit 3, 7)

  • Todos, chicos y grandes, fueron corriendo; no esperaban su vuelta. Abrieron la puerta, las recibieron, encendieron fuego para verse y le hicieron corro. (Judit 13, 13)

  • En cuanto Judas y el pueblo recibieron tales noticias, se convocó una gran asamblea para ver lo que podían hacer por sus hermanos que, atacados por los enemigos, se encontraban en grandes apuros. (I Macabeos 5, 16)

  • Les salieron al encuentro los nabateos, que los recibieron amistosamente y les narraron lo sucedido a los hebreos en Galaad, (I Macabeos 5, 25)

  • Y no sólo esto, sino que les espera el castigo, porque recibieron con hostilidad a los extranjeros. (Sabiduría 19, 15)


“Procuremos servir ao Senhor com todo o coração e com toda a vontade. Ele nos dará sempre mais do que merecemos.” São Padre Pio de Pietrelcina