Encontrados 111 resultados para: región

  • Cuando los cananeos que habitaban en aquella región vieron aquel luto en la era de Atad se dijeron: "Éste es gran luto para los egipcios". Por eso pusieron el nombre de "Luto de Egipto" a la era que está al otro lado del Jordán. (Génesis 50, 11)

  • Los israelitas, muy fecundos, se multiplicaron sobremanera, aumentando progresivamente y llegando a ser tan numerosos que llenaron toda aquella región. (Exodo 1, 7)

  • Pero exceptuaré la región de Gosen, donde habita mi pueblo; allí no habrá tábanos, para que sepas que yo, el Señor, estoy en medio del país. (Exodo 8, 18)

  • Solamente en la región de Gosen, donde habitaban los israelitas, no cayó granizo. (Exodo 9, 26)

  • No se veían unos a otros; durante tres días nadie se movió de su lugar. Pero los israelitas tuvieron luz en la región donde vivían. (Exodo 10, 23)

  • Cuando el Faraón dejó marchar al pueblo, Dios no los llevó por el camino de la región de los filisteos, aunque era más corto, pues se dijo: "No sea que se arrepienta al verse atacado y vuelva a Egipto". (Exodo 13, 17)

  • Los amalecitas ocupan la región del Negueb; los hititas, jebuseos, amorreos, la parte montañosa; los cananeos, las costas del mar y las riberas del Jordán". (Números 13, 29)

  • La región meridional de vuestra heredad empezará en el desierto de Sin, que confina con Edón. Vuestra frontera meridional, por la parte oriental, arrancará del extremo del mar Muerto. (Números 34, 3)

  • Solamente te quedó sin conquistar la tierra de los amonitas, la región del torrente Yaboc, las ciudades de la montaña y todo lo que te había prohibido el Señor, nuestro Dios". (Deuteronomio 2, 37)

  • Moisés eligió entonces tres ciudades de la región al oriente del Jordán, (Deuteronomio 4, 41)

  • De allí partieron para Gudgod, y de Gudgod para Yotbá, región rica en aguas. (Deuteronomio 10, 7)

  • y les dijo: "Yo sé que el Señor os ha dado esta tierra; nosotros estamos llenos de miedo, y todos los habitantes de la región tiemblan ante vosotros, (Josué 2, 9)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina