Encontrados 95 resultados para: riquezas

  • Las riquezas de un hombre son el rescate de su vida, pero el pobre no tiene medios para rescatarse. (Proverbios 13, 8)

  • El hombre de bien deja su herencia a los hijos de sus hijos, las riquezas del injusto están reservadas para el justo. (Proverbios 13, 22)

  • Buena fama es preferible a grandes riquezas, la estima vale más que la plata y el oro. (Proverbios 22, 1)

  • El hombre avaro corre detrás de las riquezas y no se da cuenta de que la miseria va a caer sobre él. (Proverbios 28, 22)

  • Hay un hombre solo y sin compañero; no tiene hijo ni hermano; y, sin embargo, nunca cesa de trabajar, y sus ojos no se hartan de riquezas. Entonces, ¿para quién trabajo yo y me privo de bienestar? También esto es vanidad y una penosa ocupación. (Eclesiastés 4, 8)

  • El que ama el dinero nunca se harta de él; y el que ama las riquezas no obtiene provecho. También esto es vanidad. (Eclesiastés 5, 9)

  • Hay un mal doloroso, que he visto bajo el sol: riquezas guardadas por su dueño para su desgracia. (Eclesiastés 5, 12)

  • Estas riquezas desaparecen en una mala circunstancia; le nace un hijo, y ya no tiene nada en su mano. (Eclesiastés 5, 13)

  • Igualmente, cuando Dios da a un hombre riquezas y hacienda y le permite disfrutar de ellas, tomarse su parte y gozar de su trabajo, eso es un don de Dios. (Eclesiastés 5, 18)

  • un hombre a quien Dios ha dado riquezas, hacienda y honores, y a quien nada falta de cuanto pueda desear; pero Dios no le concede disfrutar de eso, sino que es un extraño quien lo disfruta. Esto es vanidad y un cruel sufrimiento. (Eclesiastés 6, 2)

  • ¿De qué nos ha servido el orgullo? ¿De qué las riquezas de que presumíamos? (Sabiduría 5, 8)

  • Sin malicia la aprendí, sin envidia la comunico; sus riquezas no escondo. (Sabiduría 7, 13)


“Rezai e continuai a rezar para não ficardes entorpecidos”. São Padre Pio de Pietrelcina