Encontrados 14 resultados para: rodeaban

  • así como de las columnas que rodeaban el atrio, sus basas, clavos y cuerdas. (Números 3, 37)

  • Mucho tiempo después de que el Señor concediera a Israel la paz con todos los enemigos que le rodeaban, Josué, ya de edad avanzada, (Josué 23, 1)

  • Saúl estaba en Guibeá, sentado bajo el tamarindo; tenía su lanza en la mano y todos sus servidores le rodeaban, cuando le anunciaron que David y sus hombres habían sido vistos. (I Samuel 22, 6)

  • Construyó los departamentos que rodeaban el templo, de dos metros y medio de altura, y los trabó al edificio con vigas de cedro. (I Reyes 6, 10)

  • Y Eliseo oró así: "Señor, ábrele los ojos para que vea". Y el Señor abrió los ojos del muchacho, el cual vio el monte repleto de caballos y carros de fuego, que rodeaban a Eliseo. (II Reyes 6, 17)

  • Eliseo estaba sentado en su casa, con los ancianos que le rodeaban, cuando el rey le envió a un mensajero; pero antes de que el mensajero llegase, Eliseo había dicho a los ancianos: "¿Habéis visto cómo este hijo de asesino ha mandado a cortarme la cabeza? Mirad, cuando el mensajero llegue, cerrad la puerta y no le dejéis pasar. ¿No sentís el ruido de los pasos de su señor detrás de él?". (II Reyes 6, 32)

  • Entonces se practicó una brecha en la ciudad, y todos los hombres de armas huyeron de noche por la puerta entre los dos muros que daban al jardín real, mientras los caldeos rodeaban la ciudad, y escaparon hacia la Arabá. (II Reyes 25, 4)

  • Los israelitas clamaron al Señor, su Dios, al ver que los rodeaban sus enemigos sin que hubiese posibilidad de escapar. (Judit 7, 19)

  • La noticia se propagó de tienda en tienda; de todo el campamento acudían y la rodeaban, mientras ella, fuera de la tienda de Holofernes, esperaba el anuncio de su llegada. (Judit 10, 18)

  • cuando el todopoderoso estaba aún conmigo, y me rodeaban mis muchachos; (Job 29, 5)

  • El pueblo, ante el ataque de los de Lisímaco, reaccionó con piedras y palos, y hasta recogían del suelo tierra para arrojarla contra los que rodeaban a Lisímaco. (II Macabeos 4, 41)

  • porque tú fuiste mi protector y mi apoyo, libraste mi cuerpo de la destrucción y del lazo de la lengua malvada, de labios que maquinan la falsedad, has sido mi apoyo delante de los que me rodeaban y me libraste, (Eclesiástico 51, 2)


“A sua casa deve ser uma escada para o Céu”. São Padre Pio de Pietrelcina