Gefunden 19 Ergebnisse für: Entusiasmo

  • Se entusiasmó por las cosas de Yavé, hasta que hizo desaparecer del país de Judá los santuarios de lomas y los troncos sagrados. (2 Crónicas 17, 6)

  • Presa de un indecible entusiasmo, todo el pueblo se postró para adorar a Dios y gritó a una sola voz: «Bendito seas, Dios nuestro, tú que en este día aniquilaste a los enemigos de tu pueblo.» (Judit 13, 17)

  • Sus hermanos y todos los que habían seguido a su padre le ofrecieron su apoyo y continuaron con entusiasmo la guerra. (1 Macabeos 3, 2)

  • Durante ocho días celebraron la consagración del altar, ofrecieron holocaustos con mucho entusiasmo y celebraron un sacrificio de comunión y alabanza. (1 Macabeos 4, 56)

  • Asimismo, si la nación judía es atacada, los romanos lucharán a su lado con todo entusiasmo, según lo permitan las circunstancias. (1 Macabeos 8, 27)

  • Partieron todos juntos, llenos de entusiasmo. Cuando estaban cerca de Jerusalén, apareció, poniéndose al frente de ellos, un jinete vestido de blanco, con armadura de oro. (2 Macabeos 11, 8)

  • En el anterior período de confusión había sido acusado de judaísmo y se había entregado totalmente y con mucho entusiasmo a la defensa del judaísmo. (2 Macabeos 14, 38)

  • De nada vale el entusiasmo si no hay reflexión; el que precipita sus pasos se pierde. (Proverbios 19, 2)

  • El Señor renueva el entusiasmo e ilumina los ojos, da la salud, vida y bendición. (Sirácides (Eclesiástico) 34, 17)

  • Pues bien, Yavé se ha compadecido de Sión y ahora quiere dar vida a sus ruinas, transformar su soledad en un Paraíso y su sequedad en un jardín de Yavé. Entonces se lo agradecerán, tocando música y lanzando vivas de entusiasmo y de alegría. (Isaías 51, 3)

  • Entonces gritó con entusiasmo: «Grande eres tú, Señor, Dios de Daniel, y no hay otro Dios fuera de ti.» (Daniel 14, 41)

  • Todos los días se reunían en el Templo con entusiasmo, partían el pan en sus casas y compartían sus comidas con alegría y con gran sencillez de corazón. (Hecho de los Apóstoles 2, 46)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina