Gefunden 907 Ergebnisse für: Jerusalén

  • Cuando llegaban cerca de Jebús, que es ahora Jerusalén, ya era muy tarde. Así que el muchacho dijo a su patrón: «No caminemos más y entremos en la ciudad de los jebuseos para pasar allí la noche.» (Jueces 19, 11)

  • David tomó la cabeza del filisteo y la hizo llevar a Jerusalén; pero las armas las colocó en su propia carpa. (1 Samuel 17, 54)

  • Primero fue rey de Judá durante siete años y medio, y tenía por capital Hebrón. Después, teniendo por capital Jerusalén, reinó treinta y tres años sobre todo Israel y Judá. En total fueron cuarenta años. (2 Samuel 5, 5)

  • Después de esto, el rey y sus hombres marcharon hacia Jerusalén contra los jebuseos, que ocupaban el país. Estos le dijeron: «No entrarás aquí, pues bastarán los cojos y los ciegos para rechazarte.» Con eso querían decir que jamás iba a entrar en la ciudad. (2 Samuel 5, 6)

  • David, sin embargo, se apoderó de la fortaleza de Sión, la que en Jerusalén de hoy se llama «ciudad de David». (2 Samuel 5, 7)

  • Después que salió de Hebrón, David tomó aún más concubinas y esposas en Jerusalén, y le nacieron hijos e hijas. (2 Samuel 5, 13)

  • Los hijos que le nacieron en Jerusalén son: Samúa, Soba, Natán, Salomón, (2 Samuel 5, 14)

  • David se apoderó de los escudos de oro que llevaban los guardias de Hadadezer y los llevó a Jerusalén. (2 Samuel 8, 7)

  • Pero Mipibaal residía en Jerusalén porque comía siempre a la mesa del rey. Era tullido de ambas piernas. (2 Samuel 9, 13)

  • Cuando los amonitas vieron que los arameos habían huído, retrocedieron ante Abisaí y se encerraron en la ciudad. Enton ces Joab puso fin a la campaña contra los amo nitas y volvió a Jerusalén. (2 Samuel 10, 14)

  • Al año siguiente, en el tiempo en que los reyes sa len a campaña, David mandó a Joab con la guardia y todo el ejército. Derro taron a los amonitas y sitiaron la ciudad de Rabbá, mientras que él se quedó en Jerusalén. (2 Samuel 11, 1)

  • David le dijo entonces: «Bueno, quédate aquí por hoy y mañana te despediré.» Así, pues, Urías se quedó aquel día en Jerusalén. (2 Samuel 11, 12)


“Padre, eu não acredito no inferno – falou um penitente. Padre Pio disse: Acreditará quando for para lá?” São Padre Pio de Pietrelcina