Gefunden 10 Ergebnisse für: Rogamos

  • Hemos venido a vivir en este país porque ya no quedaban pastos para nuestros rebaños, debido a la gran sequía que asola el país de Canaán. Por eso te rogamos que nos permitas vivir en la tierra de Gosén.» (Génesis 47, 4)

  • Rogamos, pues, a nuestro Dios, y montamos guardia día y noche. (Nehemías 4, 3)

  • Al oír esto, nosotros y los de Cesarea rogamos a Pablo que no subiera a Jerusalén. (Hecho de los Apóstoles 21, 12)

  • Nos presentamos, pues, como embajadores de Cristo, como si Dios mismo les exhortara por nuestra boca. En nombre de Cristo les rogamos: ¡déjense reconciliar con Dios! (2º Carta a los Corintios 5, 20)

  • Por lo demás, hermanos, les pedimos y rogamos en nombre del Señor Jesús: Aprendieron de nosotros cómo han de portarse para agradar a Dios; ya viven así, pero procuren hacer nuevos progresos. (1º Carta a los Tesalonicenses 4, 1)

  • Hermanos, les rogamos que se muestren agradecidos con los que trabajan para ustedes, los dirigen en el Señor y los corrigen. (1º Carta a los Tesalonicenses 5, 12)

  • Les rogamos también, hermanos, que reprendan a los indisciplinados, animen a los indecisos, sostengan a los débiles y tengan paciencia con todos. (1º Carta a los Tesalonicenses 5, 14)

  • Estos son nuestros pensamientos en todo momento mientras rogamos por ustedes: que nuestro Dios los haga dignos de su llamada y que, por su poder, lleve a efecto sus buenos propósitos, haciendo que su fe sea activa y eficiente. (2º Carta a los Tesalonicenses 1, 11)

  • Pero hablemos, hermanos, de esa venida de Cristo Jesús, nuestro Señor, y de nuestra reunión con él. Les rogamos (2º Carta a los Tesalonicenses 2, 1)

  • A ésos les mandamos y les rogamos, por Cristo Jesús, nuestro Señor, que trabajen y se ganen la vida en vez de molestar. (2º Carta a los Tesalonicenses 3, 12)


“Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina