Gefunden 13 Ergebnisse für: hambriento

  • Dijo Esaú a Jacob: "Por favor, dame un poco de ese guiso rojizo, pues estoy hambriento" (por eso fue llamado Edom, o sea, rojizo). (Génesis 25, 30)

  • Da de tu pan al hambriento, y de tus ropas al desnudo. Da todo cuanto te sobre, y cuando lo hagas no te arrepientas. (Tobías 4, 16)

  • Está hambriento en medio de sus riquezas, la desgracia está de pie a su lado, (Job 18, 12)

  • no dabas agua al sediento, y negabas el pan al hambriento. (Job 22, 7)

  • No se condena al ladrón hambriento que roba para llenar su estómago. (Proverbios 6, 30)

  • Como un león rugiente, o un oso hambriento, así es el malvado que domina al pobre pueblo. (Proverbios 28, 15)

  • Les sucederá como al hambriento que come en sueños y que se despierta con el estómago vacío; o como al sediento que sueña que bebe, pero se despierta con la garganta seca. Así les pasará a todas las naciones, a los que hayan venido para atacar a Sión. (Isaías 29, 8)

  • Pues el hombre sin conciencia dice cosas que chocan la conciencia y trama el mal; es un hipócrita que blasfema contra Yavé, que deja sin comida al hambriento o le niega un vaso de agua al sediento. (Isaías 32, 6)

  • Compartirás tu pan con el hambriento, los pobres sin techo entrarán a tu casa, vestirás al que veas desnudo y no volverás la espalda a tu hermano. (Isaías 58, 7)

  • si das al hambriento lo que deseas para ti y sacias al hombre oprimido, brillará tu luz en las tinieblas, y tu obscuridad se volverá como la claridad del mediodía. (Isaías 58, 10)

  • Entonces los justos dirán: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, o sediento y te dimos de beber? (Evangelio según San Mateo 25, 37)

  • Estos preguntarán también: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, desnudo o forastero, enfermo o encarcelado, y no te ayudamos?» (Evangelio según San Mateo 25, 44)


“Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina