Gefunden 28 Ergebnisse für: Fortificadas

  • Fíjense también si la tierra donde viven es buena o mala, y si las ciudades en que habitan son abiertas o fortificadas; (Números 13, 19)

  • Pero, ¡qué poderosa es la gente que ocupa el país! Sus ciudades están fortificadas y son muy grandes. Además, vimos allí a los anaquitas. (Números 13, 28)

  • Nosotros, en cambio, tomaremos las armas para ir a la vanguardia de los israelitas, hasta que los hayamos introducido en el lugar de su destino. Mientras tanto, nuestros hijos permanecerán en ciudades fortificadas, al resguardo de los habitantes del país. (Números 32, 17)

  • Los gaditas reedificaron las ciudades fortificadas de Dibón, Atarot, Aroer, (Números 32, 34)

  • Y cuando Josué y los israelitas los derrotaron por completo, hasta aniquilarlos -sólo algunos fugitivos habían escapado de ellos y se habían refugiado en las ciudades fortificadas- (Josué 10, 20)

  • Las ciudades fortificadas eran las siguientes: Siddím, Ser, Jamat, Racat, Genesaret, (Josué 19, 35)

  • Y el número de los ratones de oro correspondía al de todas las ciudades de los filisteos, gobernadas por los cinco príncipes, desde las ciudades fortificadas hasta los poblados desguarnecidos. Testigo de esto es la piedra grande sobre la que depositaron el Arca del Señor, y que hasta el día de hoy está en el campo de Josué de Bet Semes. (I Samuel 6, 18)

  • El decimocuarto año del rey Ezequías, Senaquerib, rey de Asiria, subió contra todas las ciudades fortificadas de Judá y se apoderó de ellas. (II Reyes 18, 13)

  • ¿No lo has oído? Hace mucho tiempo que lo he preparado: lo he planeado desde los tiempos antiguos y ahora lo llevo a cabo. Así, tú has reducido a un montón de ruinas las ciudades fortificadas. (II Reyes 19, 25)

  • Roboám habitó en Jerusalén y construyó ciudades fortificadas en Judá. (II Crónicas 11, 5)

  • Sorá, Aialón y Hebrón, ciudades fortificadas que están en Judá y en Benjamín. (II Crónicas 11, 10)

  • Además, supo distribuir hábilmente a sus hijos por todas las regiones de Judá y de Benjamín, en todas las ciudades fortificadas, dándoles gran cantidad de víveres y procurándoles muchas mujeres. (II Crónicas 11, 23)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina