Gefunden 1855 Ergebnisse für: Israel

  • luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel». (Lucas 2, 32)

  • Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: «Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, (Lucas 2, 34)

  • Yo les aseguro que había muchas viudas en Israel en el tiempo de Elías, cuando durante tres años y seis meses no hubo lluvia del cielo y el hambre azotó a todo el país. (Lucas 4, 25)

  • También había muchos leprosos en Israel, en el tiempo del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, el sirio». (Lucas 4, 27)

  • Al oír estas palabras, Jesús se admiró de él y, volviéndose a la multitud que lo seguía, dijo: «Yo les aseguro que ni siquiera en Israel he encontrado tanta fe». (Lucas 7, 9)

  • Y en mi Reino, ustedes comerán y beberán en mi mesa, y se sentarán sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. (Lucas 22, 30)

  • Nosotros esperábamos que fuera él quien librara a Israel. Pero a todo esto ya van tres días que sucedieron estas cosas. (Lucas 24, 21)

  • Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua para que él fuera manifestado a Israel». (Juan 1, 31)

  • Natanael le respondió: «Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel». (Juan 1, 49)

  • Jesús le respondió: «¿Tú, que eres maestro en Israel, no sabes estas cosas? (Juan 3, 10)

  • Y, tomando hojas de palmera, salieron a su encuentro y lo aclamaban diciendo: «¡Hosana! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor, el rey de Israel!». (Juan 12, 13)

  • Los que estaban reunidos le preguntaron: «Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?». (Hechos 1, 6)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina