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  • Los hijos de Judá: Er, Onán, Selá, Peres y Zéraj. Er y Onán ya habían muerto en Canaán, y los hijos de Peres fueron Jesrón y Jamul. (Génesis 46, 12)

  • Al ver que su padre había muerto, los hermanos de José se dijeron: "¿Y si José nos guarda rencor y nos devuelve todo el mal que le hicimos?". (Génesis 50, 15)

  • El Señor dijo a Moisés en Madián: "Regresa a Egipto, porque ya han muerto todos los que querían matarte". (Exodo 4, 19)

  • El Faraón se levantó aquella noche lo mismo que todos sus servidores y todos los egipcios, y en Egipto resonó un alarido inmenso, porque no había ninguna casa donde no hubiera un muerto. (Exodo 12, 30)

  • Pero nadie pondrá su mano sobre el culpable, sino que deberá ser apedreado o muerto a flechazos; sea hombre o animal, no quedará vivo. Y cuando suene la trompeta, ellos subirán a la montaña’". (Exodo 19, 13)

  • Pero si el buey solía embestir, y su dueño, aunque advertido oportunamente, no lo vigiló, en el caso de que ese buey mate a un hombre o a una mujer, será muerto a pedradas, y su dueño también será castigado con la muerte. (Exodo 21, 29)

  • Y si el buey embiste a un esclavo o a una esclava, el dueño del animal pagará treinta siclos de plata al dueño del esclavo, y el buey será muerto a pedradas. (Exodo 21, 32)

  • el propietario del pozo deberá indemnizar: pagará en efectivo al dueño del buey o del asno el precio debido, y el animal muerto quedará para él. (Exodo 21, 34)

  • Si el buey de un hombre embiste al buey de otro hombre, ocasionándole la muerte, venderán el buey vivo y se repartirán el importe; e igualmente se repartirán el animal muerto. (Exodo 21, 35)

  • Pero si ya era notorio que el buey embestía habitualmente, y su dueño no lo vigiló, este pagará buey por buey y el animal muerto será para él. (Exodo 21, 36)

  • La grasa de un animal muerto o despedazado por las fieras podrá servir para cualquier uso, pero no deberán comerla. (Levítico 7, 24)

  • Cualquiera, sea nativo o extranjero, que coma un animal muerto o despedazado por las fieras, deberá lavar su ropa y bañarse con agua, y será impuro hasta la tarde. Después será puro. (Levítico 17, 15)


“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina