Gefunden 682 Ergebnisse für: Manos

  • Los tomó él de sus manos, hizo un molde y fundió un becerro. Entonces ellos exclamaron: «Este es tu Dios, Israel, el que te ha sacado de la tierra de Egipto.» (Exodo 32, 4)

  • El primer nacido de asno lo rescatarás con una oveja; y si no lo rescatas, lo desnucarás. Rescatarás todos los primogénitos de tus hijos, y nadie se presentará ante mí con las manos vacías. (Exodo 34, 20)

  • Todas las mujeres hábiles en el oficio hilaron con sus manos y llevaron la púrpura violeta y escarlata, el carmesí y lino fino que habían hilado. (Exodo 35, 25)

  • Moisés, Aarón y sus hijos se lavaron en ella las manos y los pies. (Exodo 40, 31)

  • los ancianos de la comunidad impondrán las manos sobre la cabeza del novillo ante Yahveh y se inmolará el novillo ante Yahveh. (Levítico 4, 15)

  • Si uno peca y comete una prevaricación contra Yahveh engañando a su prójimo acerca de un depósito o de un objeto confiado a sus manos, o de algo robado, o bien oprimiendo a su prójimo violentamente, (Levítico 5, 21)

  • Con sus propias manos llevará los manjares que se abrasarán para Yahveh: él mismo presentará el sebo y el pecho; el pecho para mecerlo como ofrenda mecida ante Yahveh. (Levítico 7, 30)

  • Después hizo traer el novillo para el sacrificio por el pecado, y Aarón y sus hijos impusieron las manos sobre la cabeza del novillo, víctima por el pecado. (Levítico 8, 14)

  • Después hizo traer el carnero del holocausto, sobre cuya cabeza Aarón y sus hijos impusieron las manos. (Levítico 8, 18)

  • Hizo luego traer el segundo carnero, el carnero del sacrificio de la investidura, y Aarón y sus hijos impusieron las manos sobre la cabeza del carnero. (Levítico 8, 22)

  • Entregó todo esto en manos de Aarón y en manos de sus hijos haciéndolo mecer como ofrenda mecida ante Yahveh. (Levítico 8, 27)

  • Moisés lo recibió de sus manos y lo quemó en el altar, encima del holocausto. Era el sacrificio de investidura, calmante aroma, manjar abrasado en honor de Yahveh. (Levítico 8, 28)


“O amor e o temor devem sempre andar juntos. O temor sem amor torna-se covardia. São Padre Pio de Pietrelcina