Gefunden 12 Ergebnisse für: Salvaje

  • Añadió Jusay: «Tú ya sabes que tu padre y sus hombres son gente valerosa y están exasperados como una osa salvaje a la que han quitado sus oseznos. Tu padre es hombre de guerra y no permitirá que el pueblo descanse durante la noche. (II Samuel 17, 8)

  • Y hubo también gaditas que se pasaron a David en el desierto, guerreros valientes, hombres de guerra, preparados para el combate, diestros con el escudo y la lanza. Sus rostros, como rostros de león, y ligeros como la gacela salvaje. (I Crónicas 12, 9)

  • Pues con las piedras del campo harás alianza, la bestia salvaje vivirá en paz contigo. (Job 5, 23)

  • ¿Quién dejó al onagro en libertad y soltó las amarras del asno salvaje? (Job 39, 5)

  • ¿Querrá acaso servirte el buey salvaje, pasar la noche junto a tu pesebre? (Job 39, 9)

  • se olvida de que puede aplastarlos algún pie, o cascarlos una fiera salvaje. (Job 39, 15)

  • el jabalí salvaje la devaste, y la pele el ganado de los campos? (Salmos 80, 14)

  • Provisto del mandato real, se volvió sin poseer nada digno del sumo sacerdocio, sino más bien el furor de un cruel tirano y la furia de una bestia salvaje. (II Macabeos 4, 25)

  • Los judíos, que le acompañaban a la fuerza, le dijeron: «No mates así de modo tan salvaje y bárbaro; respeta y honra más bien el día que con preferencia ha sido santificado por Aquél que todo lo ve.» (II Macabeos 15, 2)

  • No habrá león en ella, ni por ella subirá bestia salvaje, no se encontrará en ella; los rescatados la recorrerán. (Isaías 35, 9)

  • «Miqueas de Moréset profetizaba en tiempos de Ezequías, rey de Judá, y dijo a todo el pueblo de Judá: Así dice Yahveh Sebaot: Sión será un campo que se ara, Jerusalén se hará un montón de ruinas, y el monte de la Casa un otero salvaje. (Jeremías 26, 18)

  • Por eso, por culpa vuestra, Sión será un campo que se ara, Jerusalén se hará un montón de ruinas, y el monte de la Casa un otero salvaje. (Miqueas 3, 12)


“Imitemos o coração de Jesus, especialmente na dor, e assim nos conformaremos cada vez mais e mais com este coração divino para que, um dia, lá em cima no Céu, também nós possamos glorificar o Pai celeste ao lado daquele que tanto sofreu”. São Padre Pio de Pietrelcina