Gefunden 52 Ergebnisse für: basas

  • y por el otro lado - a ambos lados de la entrada del atrio - había un cortinaje de quince codos; sus postes eran tres, y tres sus basas. (Exodo 38, 15)

  • Las basas de los postes eran de bronce, sus ganchos y sus varillas de plata. También sus capiteles estaban revestidos de plata, y todos los postes del atrio llevaban varillas de plata. (Exodo 38, 17)

  • Sus cuatro postes y sus cuatro basas eran de bronce; sus ganchos de plata, como también el revestimiento de sus capiteles y sus varillas. (Exodo 38, 19)

  • Los cien talentos de plata se emplearon en fundir las basas del Santuario y las basas del velo; cien basas correspondientes a los cien talentos, un talento por basa. (Exodo 38, 27)

  • Con él hizo las basas para la entrada de la Tienda del Encuentro, el altar de bronce con su rejilla de bronce y todos los utensilios del altar, (Exodo 38, 30)

  • las basas del recinto del atrio y las basas de la entrada del atrio, toda la clavazón de la Morada y toda la clavazón del atrio que la rodeaba. (Exodo 38, 31)

  • Presentaron a Moisés la Morada, la Tienda y todos sus utensilios; los broches, los tableros, los travesaños, los postes y las basas; (Exodo 39, 33)

  • el cortinaje del atrio, los postes con sus basas, el tapiz para la entrada del atrio, sus cuerdas, su clavazón y todos los utensilios del servicio de la Morada para la Tienda del Encuentro; (Exodo 39, 40)

  • Moisés alzó la Morada, asentó las basas, colocó sus tableros, metió sus travesaños y erigió sus postes. (Exodo 40, 18)

  • A los hijos de Merarí les estaba encomendado el cuidado de los tableros de la Morada, de sus travesaños, postes y basas, de todos sus utensilios y todo su servicio; (Números 3, 36)

  • y de los postes que rodean el atrio, de sus basas, clavazón y cuerdas. (Números 3, 37)

  • Esto es lo que han de transportar y este es todo su servicio en la Tienda del Encuentro: los tableros de la Morada, sus travesaños, postes y basas; (Números 4, 31)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina