Gefunden 108 Ergebnisse für: carros

  • Ben Hadad, rey de Aram, reunió todo su ejército. Tenía consigo 32 reyes, caballos y carros. Subió y puso sitio a Samaría y la atacó. (I Reyes 20, 1)

  • Salió el rey de Israel y se apoderó de los caballos y carros, infligiendo a Aram una gran derrota. (I Reyes 20, 21)

  • Por tu parte, recluta un ejército como el ejército que perdiste, con otros tantos caballos y carros, y les atacaremos en la llanura. ¿No seremos más fuertes que ellos?» Escuchó su voz e hizo así. (I Reyes 20, 25)

  • Ahora bien, el rey de Aram había ordenado a los jefes de los carros: «No ataquéis ni a chicos ni a grandes, sino tan sólo al rey de Israel.» (I Reyes 22, 31)

  • Cuando los jefes de los carros vieron a Josafat, dijeron: «Seguro que es el rey de Israel.» Y le rodearon para cargar sobre él. Pero Josafat gritó. (I Reyes 22, 32)

  • Y viendo los jefes de los carros que no era el rey de Israel se apartaron de él. (I Reyes 22, 33)

  • Y mandó allí caballos, carros y un fuerte destacamento, que llegaron por la noche y cercaron la ciudad. (II Reyes 6, 14)

  • Al día siguiente se levantó el criado del hombre de Dios para salir, pero el destacamento rodeaba la ciudad, con caballos y carros, y su criado le dijo: «¡Ay, mi señor!, ¿qué vamos a hacer?» (II Reyes 6, 15)

  • Oró Eliseo y dijo: «Yahveh, abre sus ojos para que vea.» Abrió Yahveh los ojos del criado y vio que la montaña estaba llena de caballos y carros de fuego en torno a Eliseo. (II Reyes 6, 17)

  • porque el Señor había hecho oír en el campamento de Aram estrépito de carros, estrépito de caballos y estrépito de un gran ejército, y se dijeron unos a otros: «El rey de Israel ha tomado a sueldo contra nosotros a los reyes de los hititas y a los reyes de Egipto para que vengan contra nosotros.» (II Reyes 7, 6)

  • Pasó Joram a Saír con todos sus carros. Se levantó por la noche y batió a Edom que le tenía cercado a él y a los jefes de los carros, pero el pueblo huyó a sus tiendas. (II Reyes 8, 21)

  • «Así que esta carta llegue a vosotros, como están con vosotros los hijos de vuestro señor y tenéis carros, caballos, una ciudad fuerte y armas, (II Reyes 10, 2)


“De que vale perder-se em vãos temores?” São Padre Pio de Pietrelcina