Gefunden 96 Ergebnisse für: flor

  • Como incienso derramad buen olor, abríos en flor como el lirio, exhalad perfume, cantad un cantar, bendecid al Señor por todas sus obras. (Eclesiástico 39, 14)

  • De primera necesidad para la vida del hombre es el agua, el fuego, el hierro y la sal, la flor de harina de trigo, la leche y la miel, el jugo de uva, el aceite y el vestido. (Eclesiástico 39, 26)

  • como flor del rosal en primavera, como lirio junto a un manantial, como brote del Líbano en verano, (Eclesiástico 50, 8)

  • En su flor, como en racimo que madura, se recreó mi corazón. Mi pie avanzó en derechura, desde mi juventud he seguido sus huellas. (Eclesiástico 51, 15)

  • Tal devora las espigas una lengua de fuego y el heno en llamas se derrumba: la raíz de ellos será como podre, y su flor subirá como tamo. Pues recusaron la enseñanza de Yahveh Sebaot y despreciaron el dicho del Santo de Israel. (Isaías 5, 24)

  • Babilonia, la flor de los reinos, prez y orgullo de Caldea, será semejante a Sodoma y Gomorra, destruidas por Dios. (Isaías 13, 19)

  • Que el desierto y el sequedal se alegren, regocíjese la estepa y la florezca como flor; (Isaías 35, 1)

  • estalle en flor y se regocije hasta lanzar gritos de júbilo. La gloria del Líbano le ha sido dada, el esplendor del Carmelo y del Sarón. Se verá la gloria de Yahveh, el esplendor de nuestro Dios. (Isaías 35, 2)

  • Por tus siervos insultas a Adonay y dices: "Con mis muchos carros subo a las cumbres de los montes, a las laderas del Líbano, derribo la altura de sus cedros, la flor de sus cipreses, alcanzo el postrer de sus refugios su jardín del bosque. (Isaías 37, 24)

  • Una voz dice: «¡Grita!» Y digo: «¿Qué he de gritar?» - «Toda carne es hierba y todo su esplendor como flor del campo. (Isaías 40, 6)

  • La flor se marchita, se seca la hierba, en cuanto le dé el viento de Yahveh (pues, cierto, hierba es el pueblo). (Isaías 40, 7)

  • La hierba se seca, la flor se marchita, mas la palabra de nuestro Dios permanece por siempre. (Isaías 40, 8)


“O bem dura eternamente.” São Padre Pio de Pietrelcina