Gefunden 64 Ergebnisse für: Balaán

  • el cual envió mensajeros a Petor, junto al río Éufrates, en tierra de los amonitas, que fueron a buscar a Balaán, hijo de Beor, diciendo: "Ha salido de Egipto un pueblo que cubre toda la tierra y está ya cerca de mí. (Números 22, 5)

  • Los ancianos de Moab y de Madián partieron llevando consigo el precio del agüero. Llegaron a Balaán y le comunicaron las palabras de Balac. (Números 22, 7)

  • Él les dijo: "Pasad aquí la noche, y yo os responderé según lo que me diga el Señor". Los príncipes de Moab se quedaron con Balaán. (Números 22, 8)

  • Dios se apareció a Balaán, y le dijo: "¿Quiénes son estos hombres que están contigo?". (Números 22, 9)

  • Balaán respondió a Dios: "Balac, hijo de Sipor, rey de Moab, los ha enviado a decirme: (Números 22, 10)

  • Dios dijo a Balaán: "Tú no irás con ellos ni maldecirás a ese pueblo, que es bendito". (Números 22, 12)

  • Balaán se levantó de mañana y dijo a los jefes que había enviado Balac: "Partid para vuestra tierra, pues el Señor no me deja ir con vosotros". (Números 22, 13)

  • Los jefes de Moab se levantaron, volvieron a Balac y le dijeron: "Balaán se ha negado a venir con nosotros". (Números 22, 14)

  • Se llegaron a Balaán y le dijeron: "Esto dice Balac, hijo de Sipor: No te niegues, por favor, a venir hasta mí, (Números 22, 16)

  • Balaán les respondió: "Aunque Balac me diera su casa llena de plata y oro, yo no podría traspasar las órdenes del Señor, mi Dios, en cosa alguna, grande o pequeña; (Números 22, 18)

  • Dios se apareció a Balaán durante la noche y le dijo: "¿No han venido estas gentes a llamarte? Levántate y vete con ellos, pero no hagas más que lo que yo te diga". (Números 22, 20)

  • Balaán se levantó de mañana, aparejó su burra y se fue con los jefes de Moab. (Números 22, 21)


Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina