Gefunden 368 Ergebnisse für: Jacob

  • Jacob se acercó a su padre y le dijo: "¡Padre!". "Aquí estoy, respondió él. ¿Quién eres, hijo mío?". (Génesis 27, 18)

  • Y Jacob dijo a su padre: "Soy Esaú, tu primogénito. He hecho lo que me mandaste; levántate y come de la caza, para que después me bendigas". (Génesis 27, 19)

  • Isaac dijo a Jacob: "Acércate, hijo mío, para que yo te palpe, a ver si eres mi hijo Esaú o no". (Génesis 27, 21)

  • Jacob se acercó a su padre Isaac, el cual, después de haberle palpado, dijo: "La voz es la voz de Jacob, pero las manos son las manos de Esaú". (Génesis 27, 22)

  • Entonces le dijo: "Acércame la caza para que coma y después te bendiga". Jacob se la acercó y comió; le trajo también vino y bebió. (Génesis 27, 25)

  • Tan pronto como Isaac acabó de bendecir a Jacob y éste salió de su presencia, volvió de la caza su hermano Esaú. (Génesis 27, 30)

  • Esaú continuó: "No por nada se llama Jacob; ya me ha suplantado dos veces. Se alzó con mi primogenitura, y ahora se ha llevado mi bendición". Y añadió: "¿No tienes ya bendición para mí?". (Génesis 27, 36)

  • Desde entonces Esaú aborreció a Jacob por la bendición con que su padre le había bendecido, y se dijo: "Están próximos los días en que se hará el duelo por mi padre; entonces mataré a mi hermano Jacob". (Génesis 27, 41)

  • Le contaron a Rebeca las palabras de su hijo mayor. Ella mandó llamar a Jacob, su hijo menor, y le dijo: "Mira, Esaú, tu hermano, quiere vengarse de ti matándote. (Génesis 27, 42)

  • Después dijo a Isaac: "Estoy asqueada de la vida, a causa de estas hititas. Si Jacob se casa con una hitita como éstas, ¿qué me importa la vida?". (Génesis 27, 46)

  • Isaac llamó a Jacob, le bendijo y le dio esta orden: "No te cases con una cananea. (Génesis 28, 1)

  • Así despidió Isaac a Jacob, y éste se fue a Padán Arán, a casa de Labán, hijo de Betuel, el arameo, y hermano de Rebeca, madre de Esaú y Jacob. (Génesis 28, 5)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina