Gefunden 13 Ergebnisse für: Máquinas

  • Sus técnicos construyeron en Jerusalén máquinas lanzaflechas y lanzapiedras, que puso en las torres y en los ángulos de las murallas. Con la ayuda milagrosa de Dios, su poder y su fama fueron muy grandes. (II Crónicas 26, 15)

  • Al alborear, vieron una inmensa muchedumbre con escaleras y máquinas para apoderarse de las fortalezas. Ya se atacaba a los sitiados. (I Macabeos 5, 30)

  • Se reunieron, y comenzaron el asedio el año 150, con ballestas y máquinas de guerra. (I Macabeos 6, 20)

  • Atravesaron Idumea, acamparon junto a Betsur y la asaltaron durante muchos días con máquinas de guerra; pero los sitiados salieron y quemaron las máquinas, luchando heroicamente. (I Macabeos 6, 31)

  • Durante muchos días acampó ante el templo y allí colocó ballestas, máquinas de guerra, lanzafuegos, catapultas, escorpiones para lanzar flechas y hondas. (I Macabeos 6, 51)

  • Los sitiados también construyeron máquinas contra las de los sitiadores y lucharon largo tiempo. (I Macabeos 6, 52)

  • Llegó a Betbasí, la sitió durante varios días y emplazó máquinas de guerra. (I Macabeos 9, 64)

  • Simón y los suyos salieron de la ciudad e incendiaron las máquinas. (I Macabeos 9, 67)

  • Por entonces, Jonatán reunió las tropas de Judea para atacar la ciudadela de Jerusalén, emplazando contra ella muchas máquinas de guerra. (I Macabeos 11, 20)

  • El rey Antíoco acampó frente a Dora, en el suburbio, avanzando siempre con sus fuerzas, sirviéndose de las máquinas. Estrechó el cerco tanto, que nadie podía ni entrar ni salir. (I Macabeos 15, 25)

  • Pero Judas y sus soldados, en el nombre del gran Señor del universo, que en tiempo de Josué, sin arietes ni máquinas de guerra había derribado las murallas de Jericó, se lanzaron feroces contra la muralla. (II Macabeos 12, 15)

  • Después se dirigió a Efrón, ciudad fuerte donde vivía Lisias y una población cosmopolita. Jóvenes robustos, alineados sobre los muros, se defendían con valor y brío, abundantemente provistos de proyectiles y de máquinas. (II Macabeos 12, 27)


“A sua casa deve ser uma escada para o Céu”. São Padre Pio de Pietrelcina