Gefunden 37 Ergebnisse für: Sagrados

  • "Si un individuo comete un sacrificio pecando por inadvertencia contra los derechos sagrados del Señor, presentará al Señor, como sacrificio de reparación, un carnero del ganado sin defecto, valorado y calculado en plata, según la tasa oficial del templo. (Levítico 5, 15)

  • no se podrá cambiar o reemplazar ni uno bueno por uno malo ni uno malo por otro bueno; si un animal es cambiado por otro, los dos se hacen sagrados. (Levítico 27, 10)

  • Tenían a su cargo el arca, la mesa, el candelabro, los altares, los objetos sagrados para el culto, la cortina y todo su servicio. (Números 3, 31)

  • Luego partieron los quehatitas, que llevaban los objetos sagrados. (Antes de su llegada debía estar levantada la tienda). (Números 10, 21)

  • Moisés envió al combate aquellos mil hombres por tribu, y con ellos mandó a Fineés, hijo del sacerdote Eleazar, el cual llevaba los objetos sagrados y las trompetas para dar las señales de la guerra. (Números 31, 6)

  • destruiréis sus altares, romperéis sus estelas, quemaréis sus cipos sagrados, haréis pedazos las imágenes talladas de sus dioses y sus nombres de esos lugares. (Deuteronomio 12, 3)

  • No plantes cipos sagrados, de cualquier madera que sean, junto al altar que construirá para ti el Señor, tu Dios; (Deuteronomio 16, 21)

  • y la llevaron junto con la tienda de la reunión y todos los utensilios sagrados que había en ella. La llevaron los sacerdotes y los levitas. (I Reyes 8, 4)

  • También ellos se edificaron colinas, estelas y cipos sagrados sobre cualquier colina elevada o bajo cualquier árbol frondoso; (I Reyes 14, 23)

  • Sacaron fuera los cipos sagrados, y los quemaron; (II Reyes 10, 26)

  • levantaron estelas y cipos sagrados sobre toda colina elevada y bajo cualquier árbol frondoso, (II Reyes 17, 10)

  • Suprimió las colinas, hizo pedazos las estelas, arrancó los cipos sagrados y machacó la serpiente de bronce que Moisés había hecho (pues hasta entonces los israelitas le quemaban incienso; la llamaban Nejustán). (II Reyes 18, 4)


“No juízo final daremos contas a Deus até de uma palavra inútil que tenhamos dito.” São Padre Pio de Pietrelcina