Gefunden 190 Ergebnisse für: caminos

  • y después de haber engendrado a Matusalén, siguió los caminos de Dios trescientos años, y engendró hijos e hijas. (Génesis 5, 22)

  • y siguió los caminos de Dios; después no fue visto más, porque Dios se lo llevó. (Génesis 5, 24)

  • Ésta es la historia de Noé: Noé era un hombre justo, íntegro, y entre sus compañeros seguía los caminos de Dios. (Génesis 6, 9)

  • enviaré contra vosotros fieras salvajes, que devorarán a vuestros hijos, destrozarán vuestros ganados y os diezmarán hasta el punto de quedar desiertos vuestros caminos. (Levítico 26, 22)

  • excepción de Caleb, hijo de Jefoné, el quenizita, y Josué, hijo de Nun, que han seguido los caminos del Señor sin desfallecer. (Números 32, 12)

  • Guarda los mandamientos del Señor, tu Dios; sigue sus caminos y respétale. (Deuteronomio 8, 6)

  • Y ahora, Israel, ¿qué es lo que te pide el Señor, tu Dios? Que respetes al Señor, tu Dios; que sigas sus caminos, que le sirvas y que le ames con todo tu corazón y con toda tu alma; (Deuteronomio 10, 12)

  • Si guardáis y ponéis por obra todos los mandamientos que yo os doy, amando a vuestro Dios y siguiendo siempre sus caminos sin apartaros de él, (Deuteronomio 11, 22)

  • no caigas en la trampa, no sigas sus caminos ni te preocupes de sus dioses diciendo: ¿Cómo daban culto estos pueblos a sus dioses?, pues así quiero darlo yo también. (Deuteronomio 12, 30)

  • Allanarás los caminos de acceso y dividirás en tres sectores el territorio que el Señor, tu Dios, te da en heredad, con el fin de que todo homicida pueda encontrar refugio en estas ciudades. (Deuteronomio 19, 3)

  • a condición, desde luego, que guardes y pongas por obra todos estos mandamientos que yo te doy hoy, amando a tu Dios y siguiendo sus caminos-, entonces, a aquellas tres ciudades añadirás otras tres más. (Deuteronomio 19, 9)

  • Hoy has comprometido al Señor para que sea tu Dios, a condición de seguir sus caminos, guardar sus mandamientos, leyes y preceptos y obedecer su voz. (Deuteronomio 26, 17)


“Resigna-te a ser neste momento uma pequena abelha. E enquanto esperas ser uma grande abelha, ágil, hábil, capaz de fabricar bom mel, humilha-te com muito amor perante Deus e os homens, pois Deus fala aos que se mantêm diante dele humildemente”. São Padre Pio de Pietrelcina