Gefunden 625 Ergebnisse für: hermanos

  • Y le dijo: "Anda, vete a ver cómo están tus hermanos y el rebaño, y tráeme noticias". Lo envió al valle de Hebrón, y José llegó a Siquén. (Génesis 37, 14)

  • Él respondió: "Busco a mis hermanos. Dime dónde están". (Génesis 37, 16)

  • Y aquel hombre le dijo: "Ya se han ido de aquí. Les oí decir: ¡Vámonos a Dotán!". José partió en busca de sus hermanos y los encontró en Dotán. (Génesis 37, 17)

  • Cuando José llegó junto a sus hermanos, le quitaron la túnica, la túnica de mangas largas que llevaba, (Génesis 37, 23)

  • Judá dijo a sus hermanos: "¿Qué sacamos con matar a nuestro hermano y ocultar su sangre? (Génesis 37, 26)

  • Vamos a vendérselo a los ismaelitas, y no pongamos nuestras manos en él; es nuestro hermano, es nuestra misma carne". Sus hermanos le hicieron caso. (Génesis 37, 27)

  • regresó adonde sus hermanos y dijo: "¡El muchacho no está allí! ¿Adónde iré yo?". (Génesis 37, 30)

  • Por entonces Judá se separó de sus hermanos y se fue a casa de un adulamita, llamado Jirá. (Génesis 38, 1)

  • Entonces Judá dijo a su nuera: "Vuelve como viuda a la casa de tu padre, hasta que se haga mayor mi hijo Selá". Él se decía: "No sea que muera también él como sus hermanos". Tamar volvió a casa de su padre. (Génesis 38, 11)

  • Diez de los hermanos de José bajaron a Egipto a comprar grano. (Génesis 42, 3)

  • Pero Jacob no dejó ir con sus hermanos a Benjamín, el hermano de José: "No vaya a sucederle, se decía, alguna desgracia". (Génesis 42, 4)

  • José era el señor del país y vendía el grano a todo el mundo. Los hermanos de José llegaron y se postraron ante él rostro en tierra. (Génesis 42, 6)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina