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  • veis y oís que no sólo en Éfeso, sino en casi toda Asia, ese Pablo ha apartado y persuadido a mucha gente, diciendo que no son dioses los que han sido hechos con las manos de los hombres. (Hechos 19, 26)

  • Porque habéis traído a estos hombres, que no son ni sacrílegos ni blasfemadores de vuestra Diana. (Hechos 19, 37)

  • y que de entre vosotros mismos surgirán hombres que enseñarán doctrinas perversas con el fin de arrastrar a los discípulos en pos de sí. (Hechos 20, 30)

  • Haz lo que te vamos a decir. Hay entre nosotros cuatro hombres que han hecho un voto; (Hechos 21, 23)

  • Al día siguiente Pablo tomó consigo a los hombres, se purificó con ellos y entró en el templo para fijar la fecha en la que terminaban los días de la purificación y en la que sería presentada la ofrenda por cada uno de ellos. (Hechos 21, 26)

  • yo he perseguido a muerte este nuevo camino, encadenando y metiendo en la cárcel a hombres y a mujeres, (Hechos 22, 4)

  • porque serás su testigo ante todos los hombres de lo que has visto y oído. (Hechos 22, 15)

  • Tú no lo creas, porque más de cuarenta hombres de entre ellos le van a tender una emboscada, y se han comprometido bajo juramento a no comer ni beber hasta que lo hayan matado; y ahora están preparados, esperando tan sólo tu respuesta". (Hechos 23, 21)

  • Por tanto, yo me esfuerzo por tener una conciencia intachable para con Dios y para con los hombres. (Hechos 24, 16)

  • La ira de Dios se manifiesta desde el cielo contra toda la impiedad e injusticia de los hombres que detienen la verdad con la injusticia; (Romanos 1, 18)

  • Por otra, también los hombres, dejando las relaciones naturales con la mujer, se entregaron a la homosexualidad, hombres con hombres, cometiendo acciones vergonzosas y recibiendo en su propio cuerpo el castigo merecido por su extravío. (Romanos 1, 27)

  • sino que es judío el que lo es en el interior, y la verdadera circuncisión es la del corazón, según el espíritu, no según la letra; cuya alabanza no viene de los hombres, sino de Dios. (Romanos 2, 29)


O sábio elogia a mulher forte dizendo: os seu dedos manejaram o fuso. A roca é o alvo dos seus desejos. Fie, portanto, cada dia um pouco. Puxe fio a fio até a execução e, infalivelmente, você chegará ao fim. Mas não tenha pressa, pois senão você poderá misturar o fio com os nós e embaraçar tudo.” São Padre Pio de Pietrelcina