Gefunden 493 Ergebnisse für: muerte

  • Si uno se acuesta con la nuera, los dos serán castigados con la muerte, se han manchado; caiga su sangre sobre ellos. (Levítico 20, 12)

  • Si un hombre se acuesta con otro hombre como se hace con una mujer, los dos cometen una infamia y serán castigados con la muerte; caiga su sangre sobre ellos. (Levítico 20, 13)

  • Si uno hace actos sexuales con un animal, será castigado con la muerte; también hay que matar al animal. (Levítico 20, 15)

  • y el que blasfeme el nombre del Señor será castigado con la muerte; toda la comunidad lo apedreará. El que blasfeme el nombre del Señor morirá, tanto el extranjero como el indígena. (Levítico 24, 16)

  • A Aarón y a sus hijos les asignarás las funciones del sacerdocio, y cualquier extraño que se entrometa será castigado con la muerte". (Números 3, 10)

  • Delante de la tienda de la reunión, al lado este, acampaban Moisés, Aarón y sus hijos, que tenían cuidado del santuario en nombre de los israelitas. Todo extraño que se acercaba era castigado con la muerte. (Números 3, 38)

  • ¡Si me vas a tratar así, prefiero la muerte! ¡Si he hallado gracia a tus ojos, haz que termine mi aflicción!". (Números 11, 15)

  • esos hombres que habían difamado la tierra, fueron heridos de muerte delante del Señor. (Números 14, 37)

  • El Señor dijo a Moisés: "Este hombre debe ser condenado a muerte; toda la comunidad lo matará a pedradas fuera del campamento". (Números 15, 35)

  • ¿No es bastante que nos hayas sacado de una tierra que mana leche y miel y nos hayas traído a este desierto de muerte, para que quieras todavía seguir tiranizándonos? (Números 16, 13)

  • si estas gentes mueren de muerte natural, alcanzados por la sentencia común a todos los hombres, es que no me ha enviado el Señor; (Números 16, 29)

  • ¿Quién podría contar el polvo de Jacob? ¿Quién sería capaz de enumerar las miríadas de Israel? ¡Tenga yo la muerte de los justos! ¡Sea mi final como el suyo!". (Números 23, 10)


“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina