13. Su ofrenda consistió en una fuente de plata, que pesaba ciento treinta siclos, y en un tazón de plata, de setenta siclos -en siclos del Santuario- ambos recipientes llenos de harina de la mejor calidad, amasada con aceite, para una oblación;





“Recorramos a Jesus e não às pessoas, pois só ele nunca nos faltará.” São Padre Pio de Pietrelcina