34. Cuando Esaú oyó las palabras de su padre gritó con gran fuerza su amargura, y dijo a su padre: "Bendíceme también a mí, padre mío".





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina